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Baúl de Arikel McDowell

Publicado por Arikel McDowell, Ago 14, 2024, 07:48 PM

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☆  Baúl de ARIKEL MCDOWELL  ☆



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Arikel McDowell
Raza y Sangre:Sirena, Sangre Pura Nacionalidad:Escocesa Edad:16 años Estatura:155 cm Peso:44,5 kgs Cabello:Castaño Ojos:Verdes Curso:5to Ocupación:Estudiante de Slytherin Orientación:Bisexual Condición Especial:PREMONICIÓN Avatar:Lauren De Graaf
Descripción Arikel es conocida por su inagotable energía. Siempre parece estar llena de vida y lista para enfrentar cualquier desafío que se le presente. Su entusiasmo es contagioso, y tiende a inspirar a quienes la rodean. Es una extrovertida de corazón. Le encanta interactuar con las personas y establecer nuevas amistades. Debido a su carisma natural suele ser el alma de la fiesta en cualquier reunión y no tiene miedo de hablar con desconocidos. Arikel tiene una lengua rápida y no tiene miedo de expresar sus pensamientos y sentimientos. Puede hablar sin parar sobre sus intereses y experiencias. A veces, su entusiasmo la lleva a divagar. Es naturalmente curiosa y siempre está buscando respuestas a sus preguntas. No le teme a lo desconocido. En su búsqueda de emoción, Arikel está dispuesta a probar cosas nuevas y aventurarse en terrenos inexplorados. A pesar de los desafíos que pueda enfrentar, Arikel mantiene un buen sentido del humor. Su risa es contagiosa y siempre trata de encontrar el lado positivo de las situaciones. Arikel es dueña de una sensibilidad emocional profunda, y a pesar de su perpetua alegría y energía aparentes, guarda celosamente todos sus problemas, preocupaciones, tristezas y miedos detrás de su radiante sonrisa. En lo más profundo de su ser, Arikel guarda un secreto que pocos conocen: el don de la Premonición. Estas visiones, aunque dotadas de un misterioso poder, a menudo se presentan como angustiosas, crípticas y perturbadoras, sumiendo su mente en un torbellino de incertidumbre. Siente una inseguridad abrumadora respecto a su propio futuro, cuestionándose constantemente qué le depara el destino. Esta incertidumbre se intensifica con las visiones que revelan posibles futuros, muchos de los cuales nunca llegan a materializarse. Arikel es una chica menuda, de baja estatura y muy delgada, de sedoso cabello castaño y ojos verdes. Su piel es de un tono pálido, lo que sumado a su nada imponente tamaño físico le confiera cierto aire de fragilidad. Su mirada es expresiva y vivaz, brilla con una chispa que refleja su personalidad enérgica. Cuando se transforma en sirena, su cola posee un brillo iridiscente que cambia de color a medida que se mueve a través del agua. Sus escamas son brillantes, como si resplandecieran con luz propia, son suaves al tacto y se superponen como un mosaico, creando un patrón que recuerda a los diseños naturales de los peces tropicales. A lo largo de su cola, se extienden aletas translúcidas que le permiten moverse con elegancia y velocidad en el agua. Historia Arikel McDowell nació en las Islas Norte, en Escocia. Su padre Alistair McDowell en su juventud solía ser un buen soldado del clan McDowell, dedicado a la seguridad de miembros importantes del clan. Tenía potencial para ascender rangos y liderar operaciones. Pero en uno de sus viajes a Noruega durante una misión, conoció a la mujer de la que se enamoraría: Kristine Olsen, una habilidosa cantate que utilizaba su voz de sirena para embellecer su arte. Alistair decidió formar una familia y alejarse de su trabajo arriesgado, lo cual le valió un retiro deshonroso dentro del clan McDowell. Perdiendo la poca influencia que poseía su rama de la familia McDowell. Alistair y Kristine, ambos usuarios de magia y pertenecientes a la raza de las sirenas, se retiraron a una tranquila casa rural junto al mar, en las Islas Norte. La rama McDowell de la que proviene Arikel, ha estado relacionada con sirenas desde hace generaciones y ha contribuído a que se expandieran tantos mitos acerca de los Selkies en esa zona de Escocia. La infancia de Arikel fue más bien sencilla, viviendo junto al mar, aprendió con sus padres todo lo que una Sirena debe saber y disfrutando de la libertad del mar. Solía llevar una vida mixta, en el mar se reunía con otras sirenas y seguía sus costumbres, como el ritual de la luna nueva. Pero su familia también estrechó lazos con la comunidad costera de humanos en las Islas Norte, donde Arikel también aprendió como era la vida humana, siempre bajo la vigilancia de sus padres y manteniendo oculta su verdadera naturaleza, puesto que Arikel aún era muy joven para controlar su Stuprum. Aquellos años transcurrieron felices y veloces, lejos de las intrigas de la rama principal de la familia McDowell. Lamentablemente, aquella infancia de felicidad duraría poco. Todo cambió cuando se manifestó la primera muestra de magia de Arikel. Ocurrió durante una noche de año nuevo, cuando la familia había viajado a Edimburgo a pasar las fiestas con una parte importante del clan McDowell, en un intento de mejorar los lazos familiares luego de la baja deshonrosa de Alistair. En plena cena, la pequeña Arikel de no más de 8 años de edad, manifestó su primera muestra de magia en forma de el don de la Premonición. Arikel insistía que estaba ansiosa por conocer al nuevo bebé de su tía, todos le restaron importancia al asunto atribuyéndolo a la imaginación de la niña, salvo aquella tía, que al día siguiente, inquieta por las palabras de Arikel decidió comprobarlo y descubrió que estaba embarazada. Aquellos hechos llegaron a oídos de Katarina McDowell. Katarina decidió que aquella habiliad ser explotada y utilizada por el clan si era debidamente entrenada. De pronto, Arikel era un activo valioso para la familia. Y aunque provenía de un linaje que no era el más prominente, su habilidad excepcional la hizo notoria dentro de la competitiva jerarquía familiar. Por ordenes de Katarina, Arikel fue alejada de sus padres y traída a la residencia principal del clan para ser entrenada como un McDowell, allí también comenzó a ser presionada para utilizar su Don. Los miembros mayores del clan la observaban con ojos críticos, esperando ansiosamente cada visión que compartía. Arikel venía de una vida sencilla y de pronto se vio inmersa en un mundo de intrigas y competencia con otros miembros del clan. La presión de cumplir con las expectativas familiares y controlar su habilidad se convirtió en una carga abrumadora. Rivalidades surgieron en la familia, algunos la veían como una amenaza, otros la deseaban controlar para sus propias ambiciones, a veces su don premonitorio era motivo de envidia y celos. En medio de la presión y las rivalidades, Arikel encontró un mentor inusual llamado Azrael, un miembro poderoso (y maquiavélico) dentro del clan McDowell. Azrael vio el potencial en el don de Arikel y decidió apoyarla desde las sombras, aunque no por motivos altruistas. En lugar de guiarla por un deseo genuino de ayudarla, Azrael tenía sus propios motivos egoístas. Bajo la tutela de Azrael, Arikel consiguió protección, perfeccionó sus habilidades, el uso de su Stuprum y aprendió a utilizar su don de premonición de manera más efectiva, pero también se convirtió en una pieza en el complicado juego de manipulación y poder que se desarrollaba en las sombras del clan. La relación entre Arikel y Azrael es compleja, llena de intrigas, engaños y manipulación. Arikel pasó los primeros años de su adolescencia instruída dentro del clan McDowell, sin asistir al colegio. Arikel aprendía lo que el clan decidía para ella mediante tutores privados. En aquellos años su relación con Eve McDowell, la actual sucesora del clan, fue un reflejo de las complejidades de su vida. Arikel era obligada a competir ferozmente con ella y con sus otras primas, pero también compartían momentos de colaboración estratégica. Arikel veía en Eve tanto a una rival como a una posible mentor, lo que añadía un nivel adicional de tensión a su relación. Actualmente, Arikel ha sido ingresada a Hogwarts este año. Encomendada con la misión secreta por parte de Azrael de aproximarse a Eve McDowell y ganarse su confianza. No le han sido revelado los detalles de esos planes, puesto que Arikel no está en posición de discutir ni cuestionar. Por otro lado, Arikel se encuentra emocionada por ingresar al colegio. Como alumna nueva, Arikel no sabe nada de lo que será en la vida en el castillo, está ansiosa por asistir a clase (Encantamientos y Transformaciones suena genial, pero Historia y Runas no tanto), desea hacer nuevos amigos y sentir una pizca de libertad viviendo lejos del clan. Aunque ella sabe que debe mostrar resultados en su misión si desea que esa libertad se mantenga en el tiempo. Su futuro, lleno de intrigas familiares y política mágica, sigue siendo incierto, pero una cosa es segura: está dispuesta a escribir su propio destino..
Honestidad Amabilidad Perversión Paciencia Lealtad Ingenio
#1

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☆  EXTRAS + EXTRAS  ☆


OUTFITS

Atuendo Festival Holi

Traje de baño (PB Anterior)

Vestido Rosa Cumpleañitos - Fiesta de Primavera

Vestido Rosa 2 - Cita en el Lago

Conjunto de blanco - Cita en el Callejón Diagon

Vestido Azul - Cumpleaños de Junniper

Picnic con Mack

Vestido Blanco - Noche de Gala Unidad Mágica

Fiesta temática de los 80s



De Compras

Pool Day con Rye Rye




Alumna Destacada Slytherin Mayo '24

Sirena mala - MT Junio '24

Prefecta - Capitana de Quidditch - Julio '24

Alumna Destacada Slytherin Mayo '24



PACKS GRAFICOS

Lauren De Graaf 01

Stacy Martin 3

Stacy Martin 2

Stacy Martin 1

Stacy Martin 0



#2

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☆  FRAGMENTOS DE POSTS  ☆

Tema: CAZA DE BRUJAS || NERIA & ARIKEL & ETIENNE
Llegando a la Mansión McDowell
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Llegando a la Mansión McDowell

Era una tarde nublada cuando la pequeña Arikel, de apenas ocho años, llegó a la imponente Mansión McDowell. Los muros altos y las ventanas góticas le daban una apariencia sombría que intimidaba incluso al más valiente. Para Arikel, quien había pasado toda su vida en las tranquilas y serenas Islas del Norte, la mansión se sentía como una prisión fría y distante.

Extrañaba a sus padres con cada fibra de su ser. Alistair y Kristine se habían quedado en las islas, incapaces de mudarse con ella debido a las estrictas reglas del clan, algo que la pequeña sirena no comprendía. Mientras el carruaje avanzaba por el largo camino de entrada, los ojos verdes de Arikel, normalmente llenos de curiosidad y vida, estaban ahora opacos por la tristeza. Su padre le había prometido que todo iría bien, pero en ese momento, la promesa se sentía vacía. La pequeña sirena, tan acostumbrada al abrazo cálido del mar y al canto de las olas, ahora se enfrentaba a un nuevo y desalentador entorno.

La mansión estaba habitada por parientes que hasta entonces solo había conocido a través de historias. Al cruzar las puertas principales, todos los ojos se volvieron hacia ella, miradas cargadas de curiosidad y juicio. Susurros se desataron como un viento helado: "Es la niña de las visiones". Arikel, nerviosa y sintiéndose diminuta, mantuvo la cabeza baja, deseando poder desaparecer. Los rostros serios y estrictos de sus nuevos familiares no ofrecían consuelo. Se sentía sola, un pececito perdido en un vasto océano oscuro.

Luego los adultos le hicieron preguntas, aunque ninguna sobre como se sentía. Luego de responder a todas sus preguntas, Arikel fue dejada sola en un pasillo mientras los adultos deliberaban. Fue entonces que dos figuras que se acercaron a ella con pasos decididos. Ambas niñas parecían mayores que ella, con una presencia que la hizo sentirse aún más pequeña. Una de las niñas tenía cabellos rubios que caían en suaves ondas y ojos claros que irradiaban una calidez inesperada en ese entorno tan frío. La otra, de cabellos negros y rasgos asiáticos, tenía una expresión serena y una mirada profunda.

—Hola —dijo la niña de cabellos rubios, que hablaba con cierta solemnidad, como si fuera de la realeza —Soy Evangeline. Ella es Echo —agregó Eve y esbozó una suave sonrisa, la primera que veía desde que llegaba a la mansión.

Echo asintió con una sonrisa leve, pero sus ojos oscuros y penetrantes observaban a Arikel con curiosidad.
—Hola, Arikel —saludó Echo con voz suave y calmada —Nos dijeron que llegarías hoy —

Arikel, sorprendida por la amabilidad de sus primas, sintió una chispa de esperanza encenderse en su corazón. Su madre le había hablado de ellas, pero no imaginaba como serían. La joven sirena tragó saliva y, reuniendo el poco valor que le quedaba, devolvió la sonrisa.

—Hola, Evangeline, Echo —Arikel habló en voz baja, sintiendo que las palabras se le enredaban en la garganta —Es un placer conocerlas —

—Vamos, ven con nosotras —Evangeline se acercó y tomó la mano de Arikel, guiándola por el pasillo con una seguridad que Arikel envidiaba.

Fragmento: Conociendo a Azrael
Conociendo a Azrael
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Conociendo a Azrael

"¿Por qué no puedes ser más como tu prima Evangeline? Cuando ella tenía tu edad ya había dominado estos hechizos" Se encontraba exhausta, había estado practicando con su tutor de duelo toda la tarde. Pero pese al esfuerzo, aún no lograba dominar sus hechizos ofensivos correctamente. "Sigue practicando, Arikel. volveré en un par de horas. Espero que a mi regreso muestres resultados o habrá consecuencias..."

Arikel se quedó sola, empuñando su varita una y otra vez contra aquel maniquí de prácticas. Estaba cansada y frustrada. Extrañaba su hogar junto a sus padres en las Islas Norte y nadar en el océano hasta el atardecer. También extrañana jugar con sus primas, cuando eran sus amigas y no sus rivales. Deseaba haberse quedado callada aquella cena de Navidad dónde les contó a los adultos acerca de sus visiones. Las lágrimas caían por sus mejillas mientras se obligaba a seguir practicando sus hechizos.

Una suave voz masculina sonó detrás de ella "Querida, estás canalizando de forma incorrecta tus emociones y pensamientos", era su tío Azrael, a quién llamaba "tío" de forma cariñosa, puesto que no era hermano de su padre. Azrael se aproximó hacia ella. Su bastón resonaba en el patio. Él siempre parecía saber en lo que ella estaba pensando, y gracias a eso le daba buenos consejos útiles, que hasta ahora siempre le habían funcionado.

"¡No puedo tío! ¡No soy lo suficientemente buena! ¡No soy como Eve!", se quejó Arikel, limpiándo sus lágrimas con el puño. Azrael camino detrás de ella y posó sus manos con largos dedos sobre los hombros de la niña.

"No intentes reprimir tu miedo, tu frustración ni tu sufrimiento. En cambio, debes aprender a canalizarlos", explicó Azrael "Tienes un gran potencial, Arikel. Si sigues mis enseñanzas lograrás alcanzarlo. ¿No te enfada ser débil y tener miedo? Canaliza esos sentimientos para liberar tu poder"
Su tío tenía razón, estaba cansada de ser débil, de tener miedo, de sufrir... de ser comparada con Eve. ¡Eso la enfadaba! Siguiendo las instrucciones de su tío Arikel, se concentró en ese enojo. Agitó su varita una vez más y el hechizo que salió despedido redujo el maniquí de entrenamiento en astillas.

"¡Excelente, querida! ¿Lo ves?", Azrael aplaudió complacido y Arikel sonrió, feliz de haberlo logrado y de obtener el reconocimiento de su tío.

Fragmento: Experimentos de Sangre
Experimentos de Sangre
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Experimentos de Sangre

El fuego de las antorchas iluminaba tenuemente las viejas paredes de roca fría. Hacia mucho tiempo que ninguna persona se adentraba en los confines de aquel edificio, al menos no por la puerta principal.

Cuando la chica tocó la puerta, esta se abrió de par en par, mostrando el sendero que llevaba al al santuario interior. Conforme la chica avanzaba las antorchas dispuestas en ambos lados del pasillo iban encendiéndose una a una hasta llegar a una pequeña habitación que asemejaba un estudio. En ella, sentado detrás de un enorme escritorio de madera pudo ver a su tio Azrael, vestido en su habitual traje negro, sosteniendo un libro con su mano.


—¡Arikel, querida! —Saludó Azrael con alegría, mientras con un rápido movimiento cerraba su libro y lo colocaba pesadamente sobre el escritorio.

—¡Que alegría verte! Tenemos mucho de que hablar... —dijo, arrastrando las ultimas palabras en un tono mucho más serio y siniestro.

A pedido de su tío, Arikel había abandonado la mansión McDowell para ir a visitarlo en aquella lejana abadía en Rusia. Le gustaba salir fuera de los muros de la mansión. Lejos de la presión de los tutores y la compentencia entre sus primos. Además, había pasado bastante tiempo desde la última vez que vio a Azrael personalmente. Arikel vistió elegantemente y utilizó maquillaje. Con algo de máscara para pestañas y lapiz labial, podía aparentar un poco más de edad. Quería enseñarle a su tío cuánto había crecido y cuánto había mejorado gracias a sus enseñanzas.

Las puertas de la abadía se abrieron para ella y Arikel ingresó con paso confiado dentro de aquél recinto. Caminó hasta detenerse frente a un gran escritorio, detrás del cuál estaba Azrael, con una sonrisa en los labios al verla. Arikel le devolvió la sonrisa.

—¡Tío, te he extrañado! —exclamó, y sin importar la seriedad de su tío, ella corrió hasta él, rodeando el escritorio para darle un abrazo  —¡Tengo tantas cosas que contarte! ¡Me alegré mucho cuando me pediste venir!  —dijo la joven sirena con una gran sonrisa.



Azrael miro complacido a la joven bruja. Habian pasado algunos años desde que la habia visto en persona, pero se habia mantenido en contacto con ella por medio de cartas que le escribia en intervalos regulares. No obstante, al verla frente a él, la nocion de que el tiempo pasaba volando invadió su mente.

La recordaba mas pequeña, un poco mas rechoncha. Una parte de él se mostraba orgullosa de que aquella niña sin chiste, bajo su tutela, se hubiese convertido en tan fina dama. Sin duda era de sus mejores trabajos, aunque su personalidad aun dejaba mucho que desear. Parecia tener todo el tiempo la cabeza en las nubes y dificultad para realizar las mas simples de las instrucciones. Aunque su sinceridad no le desagradaba del todo. Hacia su trabajo mucho mas fácil.

—Es bueno verte, mi pequeña. ¡Adelante! Toma asiento. —Dijo mientras extendia su mano. Al mismo tiempo una de las sillas frente a su escritorio se giró sobre su eje, lista para recibir a la invitada, producto de la magia sin varita de Azrael.

Azrael era un hechicero sumamente versado, superado en conocimientos únicamente por muy contadas personas dentro del clan, incluida Katarina. Aunque él mismo no solia participar activamente en duelos contra otros familiares, si se habia labrado una reputación de ser un individuo escurridiso y bastante habil durante los combates.

Azrael se puso de pie, colocando de un golpe  el libro que sostenia en su mano sobre el escritorio. Con un andar suave se acercó a un armario cerano y comenzo a hurgar en el interior del mismo.

—¿Puedo ofrecerte algo de beber, dulzura? ¿Agua? ¿Te? —indicó lanzandole una rápida mirada a Arikel por detrás de la puerta del armario. — Tal vez una de esas bebidas frutales que tanto te gustan. —

Azrael atendería la petición de Arikel, cualquiera que fuese. Sus elfos eran mas que capaces de preparar cualquier bebida en cuestión de segundos y retirarse sin hacer ningun tipo de sonido, como si la bebida mágicamente se materializara en las manos de la jiven estudiante.

Luego, Azrael dejó lo que se encontraba haciendo detras de la puerta del armario y se acercó a la joven.

—Mi niña. ¡Cuánto has crecido! —Le dijo con ternura, mientras acariciaba su cabello como solia hacer cuando era mas joven. Luego, tomó las manos de la chica entre las suyas y murmuró algo en un idioma impronunciable.

—Hmm y veo que tu potencial mágico ha mejorado notablemente tambien. Sin duda te has convertido en una magnífica y bella bruja. Veo que mi ayuda en tu desarrollo pronto no será necesaria. —Añadió —Pero mientras tanto, me temo que debo pedirte una más. —

as ultimas palabras de Azrael fueron frias. Aunque el mago era terrorificamente bueno para aparentar interés por medio de sus habilidades sociales y la charla casual. El verdadero motivo detras de aquellas palabras que en el exterior sonaban bellas y adornadas, pero que en realidad estaban vacias, yacia en la sangre de Arikel.

Azrael era un maestro taumaturgo, especializado en el arte de la hemokinesis. Con su mebte cientifica y habilidades mágicas había logrado perfeccionar el antiguo arte de la simpatía sanguínea, consagrandose como un Blud Magus.
Los Blud Magus eran magos y brujas famosos por sus habilidades mágicas para controlar, manipular y potenciar la sangre, algo considerado tabú en los grimorios de magia antigua sobre los cuales se erigió la doctrina que la comunidad mágica londinense seguia a raja tabla. No obstante, en aquellas regiones remotas de siberia, el uso de la magia de sangre, aunque aun considerada un poder arcano peligroso, no estaba del todo prohibida.

Fue, en parte, gracias a sus habilidades como Blud Magus que Azrael fue capaz de sintetizar y potenciar las habilidades mágicas de alguien proveniente de las familias secundarias hasta hacerla competir directamente con los McDowell mas privilegiados como Evangeline.

—Se que esta parte no te gusta, pequeña. Pero es necesario para la misión que ambos tenemos. —Indicó el hombre mientras extraía un extraño vial, conectado a lo que a todas luces era una jeringa de tamaño considerable.

—Piensa en que esto te ayudará a fortalecerte y poder ayudar a la familia. Tu quieres ayudar a la familia ¿No es asi, Ari querida? Claro que si. Mi dulce Arikel, siempre tan deseosa de ayudar a los demás. Es por eso que esta magia te ha elegido a ti, para salvar a la familia. —

El hombre tomó el brazo de la chica e introdujo la aguja en el con precisión quirúrgica no era ni de lejos la primera vez que hacia ese procedimiento. Si bien Arikel habia sido su primer proyecto exitoso, algunos de los niños McDowell de menor rango habian "desaparecido" misteriosamente.

Perfeccionar el arte de la simpatía sanguínea le habia costado al menos 4 intentos fallidos. Pero a base de determinación y repetición habia encontrado la manera de estabilizar el ritual. Por eso, en secreto, Azrael se referia a Arikel como el Proyecto Lambda #5. Poco le importaba la cantidad de cadáveres bajo los que estaba cimentada su investigación. Para lo que el concernia, si la magia de sangre hubiese matado a Arikel, simplemente hubiese escogido a otro receptor. Quizas la hija de Priscilla, Echo.



Arikel soltó a su tío del abrazo y retrocedió unos pasos, para observarle. Sonrió ampliamente al oír que su tío apreciaba cuánto había crecido.

—¿De verdad lo crees? ¡Gracias, me halaga que pienses eso! ¡He seleccionado este atuendo para ti, creí que te gustaría! —dijo con una sonrisa a la vez que daba una vuelta sobre sí misma para que Azrael pudiera apreciarla.

—¡Tú en cambio, no has cambiado nada! — le respondió, apartándose unos mechones de cabello que habían caído sobre su rostro luego de su giro, pasándolos detrás de una oreja. Luego procedió a sentarse donde su tío le indicaba con un brazo extendido. Al sentarse cruzó las piernas y alisó su falda.

—¡Oh, un jugo de frutas sería encantador! Con un toque de jengibre, por favor —respondió, aceptando la bebida que le ofrecía Azrael. Cuando su tío tomó sus manos entre las suyas, Arikel se inclinó hacia él, satisfecha por la evaluación positiva de su tío.

—Ciertamente, he estado mejorando con mi magia. Los tutores que la familia me ha asignado son muy buenos. Pero tu eres quién más me ha ayudado, tío. Sabes que te estoy eternamente agradecida por eso —dijo con una gran sonrisa. Sin poder evitar sonrojarse ligeramente al oír que su tío la llamaba "bella bruja".

Cuando Azrael extrajo aquél vial, Arikel ya sabía lo que seguía a continuación. Como una buena niña obediente, antes de que su tío dijera nada, se arremangó dejando uno de sus brazos al descubierto para el procedimiento.

—Está bien, querido tío, entiendo que es necesario. —respondió con tranquilidad y sumisión.

—Gracias a tu ayuda he mejorado muchísimo, esto es lo menos que puedo hacer. Ya sabes que siempre cuentas conmigo, tío —agregó mientras Azrael introducía la aguja en su brazo. Arikel estaba acostumbrada a aquél procedimiento, no hizo ni una sola mueca de incomodidad, quería mostrarse fuerte y adulta frente a su tío. Ya no era una niña que lloraba ante la vista de una jeringa.

—Por cierto, sé que siempre quieres saber acerca de mis visiones y yo te cuento sobre ellas en mis cartas—comentó mientras esperaba pacientemente que su tío terminara.

—Quizá te interesa saber que últimamente se han vuelto más vívidas. En ciertas ocasiones incluso puedo "navegar" mi visión, apreciar más detalles y percibir con todos mis sentidos. Aunque por supuesto, algunas veces siguen siendo solo confusas y borrosas.—explicó mientras su tío extraía la jeringa de su brazo. Pacientemente dejó que su tío acabara el procedimiento. Luego, procedió a terminar su jugo de frutas para recuperarse, bebiendo con avidez.

—Querido tío, cuéntame en que has estado trabajando este último tiempo sin vernos. ¿Es necesario que estés tan lejos? ¡Extraño cuando pasábamos tiempo juntos en la mansión de Londres! Últimamente me siento muy solitaria, tío. ¡Mis primos no me entienden como tu lo haces! ¿Crees que puedas pedir a Katarina para que me envíe aquí contigo? —Arikel sabía que estaba pisando terreno pantanoso al sugerir algo así, pero valía la pena intentarlo.

—Allá en la mansión, la mayoría de mis primos están en Hogwarts hace algunos años. Y el poco tiempo que les veo es para competir por algo. Salvo Undyne, que no asiste a Hogwarts, pero su compañía es terrible. Ella solo busca pelear y es demasiado bruta para mi gusto.—agregó con un suspiro.



#3

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