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Baúl de Duban Black

Publicado por Duban Black, Ago 29, 2024, 05:01 PM

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Duban Black Auror
Baúl de Duban Black
Ultima modificación: Mar 18, 2025, 05:43 PM por Duban Black

Familia Black
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Duban Black Auror
Todo tiene un final Por muchos años Duban pensó que su vida junto a Caius sería eterna, que su historia de amor era perfecta, que estaba destinada a resistirlo todo. Pero el amor necesita protección y cuidados para vivir, el amor puede cambiar o desmoronarse y ahora Duban caminaba por las ruinas que quedaban de su hogar, de su pareja y del que alguna vez fue su amor verdadero. Su paso por el mundo de los sueños le mostró una realidad diferente, una en la que solo él existía y donde no necesitaba a nadie más. Duban había cambiado, el exponerse a riesgos mortales le había abierto los ojos sobre lo que realmente importaba en la vida. Muchas asuntos atormentaban su mente, su responsabilidad como auror, sus negocios familiares y la familia que tenía planeada crear con Caius. Tantas preocupaciones que a veces lo asfixiaban. Tras negarse muchas veces decidió que debía escuchar a su corazón, inclusive si aquello significaba llenarlo de dolor. Los primeros meses tras su regreso fueron extraños, el mago intentó reincorporarse a su vida cotidiana, pero algo no iba bien, su amor propio había pasado a segundo plano, el mismo ya no era su prioridad. Su espejo encantado ya no le mostraba al hombre soberbio que se vanagloriaba de su belleza, ahora solo veía un hombre quebrado que vivía en las sombras y los restos de un amor que empezaba a derrumbarse. La vida es corta y Duban debía asegurarse de tomar las mejores decisiones, así que empezó a seguir lo que su corazón le dictaba, empezó a preocuparse por sí mismo antes que por los demás. Su relación con Caius empezó a apagarse, a disolverse, su esposo tenía otros asuntos que atender y llegaba siempre tarde y cansado del Ministerio. Duban siempre tuvo la sospecha de una doble vida, quizás de una aventura, pero quería imaginarse que en el corazón de su esposo solo había lugar para él, así se lo había prometido el día que se casaron. Pero Caius de pronto desapareció. Su ausencia se convirtió en un vacío que lo consumía por dentro. Los días sin su esposo se convirtieron en semanas, las semanas en meses y en algún momento la distancia se volvió un abismo imposible de cruzar, ya no recordaba siquiera su voz. Duban se preguntó muchas veces si su esposo seguía amándolo, si él seguía siendo su prioridad. Los juramentos que se habían hecho en la Selva Negra aún revoloteaban en su mente, pero lamentablemente el amor no vive de promesas, sino de presencia y la de Caius se había desvanecido. ¿Existía alguien más? Duban nunca se lo preguntó, tal vez por miedo a la respuesta o quizás, porque en el fondo, ya lo sabía. El mago se había retirado memorias de su primer amor, había decidido olvidar a Jakob para siempre, confiaba en que aquello era lo mejor para su relación, quería olvidar el intenso amor que había vivido y que ahora era tan solo un recuerdo, uno que ni siquiera recordaba del todo. Estaba seguro de que Caius haría lo mismo en su situación, quería pensar en que así sería. Pero la vida tenía un propósito para él y pronto llegaría el día que descubriría la verdad. Llevaba días sin ver a su esposo, sin cruzar palabra con él, pero se había acostumbrado a ello, era feliz consigo mismo, no necesitaba a nadie más, era una verdad dolorosa pero real. Los días avanzaron y con ello llegó el momento de afrontar la realidad, una que se había negado a reconocer pero que había resquebrajado la relación que tuvo alguna vez con Caius Black. Se armó de valor para acercarse a él, su esposo descansaba en la cama cuando el auror lo miró a los ojos, con tristeza, con un nudo en la garganta soltó las palabras que le partían el corazón, pero que eran necesarias para poder recuperar aquello que tanto anhelaba, su bienestar personal. -Caius... creo que ya sabes a lo que he venido y creo que estarás de acuerdo con esta decisión... Lo siento mucho, pero quiero el divorcio- El silencio inundó la habitación. Duban sintió como algo en su interior se rompía, el sonido de sus latidos le recordaban que seguía vivo, aunque le causaba mucho dolor, no se permitió derrumbarse, pero las lágrimas fueron inevitables. No pidió explicaciones, no exigió respuestas, solo se alejó del lugar del que había sido su nido de amor, y donde ya no quedaba nada. Los días siguientes fueron un infierno, al despertarse y no verlo a su lado sentía como su alma se resquebrajaba, su cama estaba vacía y Caius ya no ocupaba un lugar en su vida. El auror siempre pensó que Caius sería su verdadero y único amor, pero una vez más se equivocaba. Cuando era joven había pensado algo similar cuando tuvo su primera relación con Jakob. Quizás su destino era estar solo, quizás así podía centrarse en lo que realmente era importante. Quizás solo necesitaba amarse así mismo y ser feliz sabiendo que no necesitaba nada ni nadie más. Los días continuaron su paso y el temible día llegó. Los contactos de su primo Aerys ayudaron a agilizar el proceso de divorcio. Duban caminó por los pasillos que lo dirigían hacia el Wizengamot. Esta vez no desfiló como solía hacerlo, esta vez su paso se mezcló con el de los demás, su rostro que siempre fue altivo esta vez contemplaba el suelo, su mirada estaba perdida. Cuando el juez le entregó el pergamino que debía firmar, para sellar el final a su matrimonio, Duban se quedó inmóvil, sostuvo la pluma con una firmeza que no sentía. Su mano estaba temblorosa y por un segundo dudó. Recordó las risas bajo las calles de París, la escena que Caius montó en Grecia y los besos apasionados que se dieron en sus vacaciones. Pero el amor no basta cuando el otro ya no está. Duban cogió la pluma y firmó su nombre. Las lágrimas que brotaron de sus ojos estaban cargadas de tristeza y felicidad. Ya estaba hecho, ya era libre una vez más. -Siempre nos dijimos "vemos" al empezar algo nuevo... Creo que hoy solo me queda decirte que ya no existe esa posibilidad para nosotros. Pero siempre tendrás un lugar en mi corazón. Te deseo lo mejor Caius. Espero que encuentres felicidad- No esperó respuesta. No se atrevió a mirarlo a los ojos, porque sabía que, si lo hacía, se derrumbaría frente a él. Así que se giró y caminó con paso firme. Apenas su cuerpo cruzó el umbral del Ministerio de magia, desapareció. De regreso en su mansión, se dirigió hacia el lugar donde siempre había encontrado consuelo, su pensadero. Se detuvo a contemplarlo. Durante años, había sido un mar de tempestades pero ahora estaba en calma. El mago levantó la varita para extraer el recuerdo de aquel día, como lo había hecho tantas veces atrás. Su solución era sencilla, borrar los rastros que le partían el alma, pero esta vez, luego de pensarlo por un instante, decidió bajar la varita. No quería olvidar. Por primera vez en su vida Duban decidió vivir con el dolor en lugar de huir de él. Quería recordar cada segundo que había vivido junto a su ex esposo, Caius siempre estaría en su mente y en su corazón, viviría el luto que se merecía, recordando que ya no existiría un vemos pero su vida estaría más tranquila, ahora solo estaba él y nada más importaba. Había vivido junto a Caius tres años, dos meses y veintiún días. Pero eso era cosa del pasado, ahora su historia volvía a escribirse. Pero esta vez no contaría los días, esta vez caminaría hacia adelante sin mirar atrás. Por fin, Duban volvía a ser Duban Black.
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