Baúl de Luca Cabane

Publicado por Luca Cabane, Ene 13, 2025, 09:31 AM

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Venecia, años atrás....

-Esto no puede volver a pasar - la novia de su hermano maldecía en un susurro mientras se vestía sentada en el borde de la cama. Luca la miraba entre molesto y socarrón, negó con la cabeza de un lado a otro su brazo doblado apoyado en la cama, su mano reposaba en su cabeza, estaba tumbado de lado sin ningún pudor. - ¿A quién intentas convencer a ti o a mi? - preguntó dedicándole una falsa sonrisa. - ¿Por qué no lo dejas?, es un idiota, sabes que volverá a hacerte daño - y sí sabía que hablaba de alguien de su sangre pero a veces la familia no merecía un buen trato, su hermano era un ser despreciable.

Ella lo miró con una sonrisa cansada y apagada - ¿por quién, por ti?, señor alérgico al compromiso, no, tu hermano cambiará, lo sé - Luca puso los ojos en blanco y se levantó de la cama sin siquiera vestirse. - Por mí no, por ti, te mereces algo mejor y no, yo no soy ese algo mejor - tomó un vaso de agua y se lo bebió. - Está bien es cosa tuya no volveré a decirtelo y ahora sí me disculpas tengo guardia en el hospital, cierra al salir por fa - se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla cerca de la comisura de los labios porque le gustaba ese juego de coqueteo. Se marchó a la ducha riéndose y guiñándole un ojo.

Debajo del chorro del agua Luca andaba pensativo, por un momento la loca idea de intentarlo con ella se le pasó por la mente pero no, ella nunca dejaría a su hermano y él no era de los que se comprometían, solo le haría daño, no quería una casa, hijos y un trabajo estable, así que no podía ofrecerle nada que ella quisiera, era mejor así, cada uno por su lado.

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La cara oculta...

Amazonas...

Había tenido que viajar de urgencia a Brasil, a lo largo de su vida había intentado no crear lazos emocionales, vivir de esta manera le permitía una libertad que amaba, no se sentía atado a nada ni a nadie pero algunas veces aunque pocas había fallado en su propósito y es que hasta el más cínico corazón se ablandaba, en la época que pasó viviendo en el Amazonas se había convertido el sanador de una tribu, esa gente con su sencillez había atravesado sus defensas, Luca siempre pensaba mal de las personas pero aquellos eran seres puros que no sabían lo que era la maldad y durante el tiempo que compartió con ellos realmente se sintió muy cómodo, era en el sitio que más se había quedado, se había marchado porque su esencia le pedía acción pero a veces pensaba que se había equivocado y que tenía que haberse quedado allí, luchaban por una causa noble, se defendían de los leñadores furtivos que amenazaban con acabar con su tierra, a veces salían heridos y cuando el tema era grave lo llamaban y él acudía estuviese donde estuviese y con quién estuviese. Era algo que no le había contado a nadie, no quería que su fachada de frialdad y desapego se rompiese, era lo que lo mantenía a salvo del dolor y la decepción y así era mejor, quizás un poco melodramático pero así era él, teatral.....

Esa mañana había recibido el aviso y con ayuda de un traslador había llegado a la selva, los incendios se habían puesto feos y muchos estaban resultando gravemente heridos, por eso dividió sus esfuerzos en ayudar a parar el fuego con algunos hechizos de viento y sanar hombros partidos, quemaduras en brazos, así se había pasado tres intensos días sin respiro a partir del cuarto al fin el fuego estaba medio controlado y se pudo tomar un pequeño descanso. El cocinero del clan le llevo un tazón de sopa que estaba deliciosa y que agradeció muchísimo y le pareció un manjar de dioses y es que cuando estaba allí disfrutaba de todo pequeño detalle, era su escape de la realidad.

Al final al día siguiente lograron terminar con el fuego una parte de la selva se había quemado pero había sido mucho menos de lo pensado gracias a que habían actuado con rapidez. Luca estaba agotado por eso no se marchó ese día honró la hospitalidad de sus amigos quedándose a dormir allí, disfrutar de la comida delante de la hoguera y de los cantos y bailes de la tribu. En total casi se había ausentado una semana por suerte nadie lo echaba de menos, nadie reclamaba su presencia y podía irse y volver con total tranquilidad pues nadie le pedía explicaciones ni se metía en su vida. Solo retomaba todo donde lo había dejado y listo, más fácil esa era la vida que había elegido en ese momento no le pesaba pero en otros a veces se preguntaba si se estaría equivocando, ese fue su último pensamiento antes de caer dormido en su cama agotado por aquella intensa semana.
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El mundo de los sueños

Un mes...un maldito mes...sin su voz, sin su sonrisa, sin esa mirada traviesa que le volvía loco, echaba de menos su risa en cada rincón de la casa, su ausencia dolía, había encontrado una forma de no enloquecer, hablarle, contarle cualquier tontería que se le ocurriese, a veces el llanto venía a interrumpir su relato y se alejaba hasta que calmaba, allí donde estuviera quizás lo escuchaba y no quería que se entristeciera, quería mandarle ánimos, aunque quizás era una estupidez y no lo escuchaba pero le ayudaba a mantener la cordura, lo necesitaba, la necesitaba a ella pero hasta que no descubrieran cómo despertarla tendría que conformarse con cuidarla.

Recordaba el día que su cuerpo llegó a casa, su fénix había cumplido y la había protegido, se le paró el corazón al verla en ese estado. Con reverencia la había tomado en brazos y dejado en la cama con suavidad, había limpiado y curado sus heridas, había tratado de despertarla de todas las formas que sabía, nada había funcionado, se había desesperado, loco de dolor había destrozado la cocina, respirando con agitación se había limpiado las lágrimas y se había acostado a su lado, acariciando con ternura su mejilla.

- Vas a despertar amore mío, tenemos una vita entera por vivir, abrirás los ojos y nos iremos de viaje a conocer a Luna como querías -susurro, había besado con suavidad su frente - y también iremos a Venecia para que conozcas a la mía mamma y su campo de lavandas -se sonrojo pese a que nadie podía verlo, una triste sonrisa floreció en su rostro para luego besar sus labios, como un niño inocente esperando que eso la despertara pero aquello no era un cuento infantil era un maldito infierno en el que estaba preso, agotado por luchar con sus intensas emociones al fin se durmió abrazado a ella soñando que estaba despierta y que hacían todos los planes que tenían pendientes.

#2

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La grieta invisible, Agosto del 56

Tenía un mal presentimiento, un mal cuerpo que no encontraba forma de quitarse de encima, había sido un día más, ya estaba acostumbrado a tragar saliva y seguir con el día siempre que Zoe se despedía de ellos para hacer su trabajo como auror, su corazón se encogía cada vez que la veía desaparecer pero se mordía el labio y se iba a trabajar a Rose porque ella era valentía, ella era honor y nunca le pediría que dejara de ponerse en peligro, su esencia era así, ayudar desinteresadamente a los demás y la amaba por ello pero le restaba vida cada que esperaba su vuelta.

Ese día tenía el alma atormentada, igual que cuando supo que algo marchaba mal con Derek y no se equivocó al encontrarselo medio moribundo, ojalá se equivocara porque a su preciosa amazona no tenía cómo encontrarla, siempre los mantenía al margen de sus misiones para ponerlos en peligro y ahora el ansia corría por sus venas enloqueciendolo. Llegado un punto no pudo más y mandó una nota al Luxxuria para encontrarse con Derek en la casa. Llegó y se abrió una cerveza, empezó a deambular por la cocina como alma en pena esperando que un plop aliviase su pena y que solo fuesen pensamientos intensos suyos.

Derek llegó y le dio una cerveza y al fin un plop en el umbral, corrió hasta allí y su rostro le dijo que sus presagios eran reales, su mirada desenfocada, su traje gritaba la pelea que había librado pero había vuelto con ellos, estaba allí, todo iría bien, ellos la ayudarían a volver al presente, lo importante es que estaba viva...

La rodeo con sus brazos, ambos lo hicieron y se fundieron en su todo, en ese que reiniciaba todo, lucharían, juntos no había nada que los venciera, borrarían esa angustia de su cara y volverían a sonreír, solo necesitaban tiempo...

Sentir el tacto frío de su cuerpo lo sobrecogió, la estrechó aún más entre sus brazos, mirando con preocupación a Derek, notaba como el rostro de su amada buscaba refugio sobre sus pechos y solo la sostuvo, acaricio su cabello, su espalda mientras en su oído susurraba. - Estamos aquí, somos reales, nosotros seremos tu bastón, descansa amore - planto un suave y cariñoso beso en su cabello y se mantuvo como ancla en medio de la tormenta porque eso era lo más importante, había vuelto, de lo demás se ocuparían ellos con paciencia y amor...
#3

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