La envidia fluye por sus venas como un veneno silencioso. Se le puede definir como un ser calculador y profundamente egocéntrico. Es el primogénito de la familia Feehily y, en su carácter, hereda muchos de los matices oscuros de su padre. Su temperamento es explosivo y su voluntad, inquebrantable: haría cualquier cosa por conseguir lo que desea. La ambición lo consume, y su mente purista no tolera las mezclas de razas, que considera una abominación. Perfeccionista hasta la obsesión, no se detiene ante nada; lo que desea, lo obtiene, sin importar el precio que deba pagar. ¿Tiene debilidades? Quizás. Pero solo quienes se atrevan a explorar los abismos de su personalidad descubrirán si en el fondo yace alguna grieta en su impenetrable armadura..

Desprende una energía que eclipsa a quienes lo rodean. Su mente es un torbellino incesante de ideas traviesas, y lo más destacable de su carácter es su buen humor, siempre acompañado por una sonrisa perenne en sus labios. Sin embargo, no soporta perder; su competitividad lo consume cuando no logra su objetivo, aunque su enfado es breve y jamás guarda rencor. Es cercano y leal a su familia y amigos, pero desconfiado con quienes se le acercan por primera vez. En su corazón resalta lo familiar y cariñoso, siempre dispuesto a insistir y perseguir aquello que le agrada. Persistente como pocos, nunca se da por vencido, porque para él, rendirse no es una opción.

Es la definición misma de energía inagotable: una chica explosiva, siempre risueña y de voz fuerte. Su carácter es tosco, pero con un encanto desbordante, forjado junto a su hermano Niamh. Ambos comparten una conexión profunda e inquebrantable, como solo los mellizos pueden entender. No pueden estar el uno sin el otro, aunque son polos opuestos; Aoife es más confiada y soñadora, siempre con la cabeza en su propio mundo, donde la felicidad parece rodearla. Es difícil que pierda la calma; de hecho, es la más paciente de todos sus hermanos. Su naturaleza es curativa, como una tirita que sana cualquier herida. Para quienes la conocen, Aoife no solo es energía pura, sino también el refugio cálido que todos buscan en los momentos difíciles.

Esta pequeña Feehily es un encanto y una dulzura, aunque hereda la misma desconfianza que su hermano Niamh. Desordenada y desesperadamente impaciente, prefiere el silencio, al contrario que su hermana mayor Aoife, siempre ruidosa. Su alma es de artista: las manualidades y las acuarelas son su refugio, mucho más que cualquier juguete, y el aire libre la llama constantemente. Se la puede ver canturreando mientras pasea con su hermanita, libre como el viento. Está profundamente unida a su familia, aunque le tiene pánico a Niall, quien no la trata con la bondad que ella merece. Es tan frágil como una copa de cristal, pero sorprendentemente fuerte: a pesar de su tamaño y sensibilidad, jamás se rinde y enfrenta a quienes la subestiman con una valentía inesperada.

Es la más pequeña de los Feehily, la ternura en su estado más puro. Rara vez se enfada, pero cuando algo le molesta, recurre a su arma más letal: la guerra de silencio. Puede pasar días sin pronunciar una palabra, dejando a todos a su alrededor en vilo. Terca como pocas, no soporta a su hermano mayor, y su espíritu travieso la hace cómplice perfecta de los mellizos en sus travesuras. Tiene una conexión especial con su padre, mucho más profunda que la de sus hermanos, debido a la delicada condición de su corazón. A pesar de su naturaleza dulce y transparente, cuando se enfada, su carácter se vuelve temible, capaz de mantener su ira durante días. Aun así, su amor por sus hermanos es inquebrantable, y como es natural, todos la adoran, especialmente a su madre, Alana. En cuanto a Sao, aunque le cuesta más demostrar su cariño, su vínculo con la familia sigue siendo sólido, aunque más reservado.