A Alan Shane Kilian Feehily: No sabía muy bien cómo empezar esta carta, la verdad es que escribir cartas no se me da muy bien, aunque mis padres pusieron mucho empeño en que aprendiera caligrafía.

Independientemente de las cartas que le he mandado a mi tío Aegis cuando ha estado de viaje, que en su mayoría son... Contándole alguna anécdota que otra del día a día. ¿Escribir cartas no es como muy formal? Es como... Si pudieras alcanzar un pedacito del alma de la persona, porque la carta no solo lleva papel, también lleva el sudor de la palma de la mano de la persona que escribe, y su aroma....

¿Eso es cursi?

Creo que me expresaría mejor si en vez de un carta te mando un dibujo, pero dudo si lograrías interpretarlo como un mensaje así que... Por eso preferí primero escribir un poco y ahora intentar hacer algo, un boceto a tinta. ¿Te gustaría?  Aunque no me pidas mucho, las clases están acabando con mi poca creatividad. De hecho, hace tiempo que no soy capaz de abocetar nada serio. Si supieras lo agradable que es el aroma del grafito a la hora de dibujar, creo que te gustaría, a lo mejor puede ser como la espum...



¡Ah mierda, se cayó el tintero!

Joder no quiero hacer una guarrería en la carta, así que te mandaré otra en cuanto esté menos ocupado, disculpa.

Enyx S. Lestrange.

A Alan Shane Kilian Feehily:

Me pregunto si has arrancado la hoja de alguna de las libretas de tus hermanas, pero admito que me ha gustado que cada una de ellas pusiera su sello personal, pueden hacerlo más seguido. ¿Pero la purpurina? ¡Fui a clase de defensa contra las artes oscuras con el pelo lleno de purpurina porque estornudé y salió volando! Me di cuenta poco después, cuando un chico de tu casa me dijo que me brillaba el pelo.

Tengo la autorización para ir a tomar el té contigo y con tus hermanas, además te prometí el conejito que conseguí en transformaciones así que... Estaba esperando formalmente que me invitaras a tu casa, tantos años que somos amigos y aún ni siquiera me has invitado a tomarme un té imaginario con las niñas, me parece una ofensa de esas medievales que se dan en la cara con un guante. ¿Pero a tu madre le parecerá bien que les regale el conejo? No quiero que sea una molestia, deberías preguntárselo primero, las dos cosas, que vaya a tu casa y que lleve el conejo.

¡Y no me pongo nervioso! ¿Cómo me voy a poner nervioso escribiéndote una carta? Es sólo que le di un codazo al tintero, y parece que últimamente la mala suerte me persigue, pero tampoco queda tan mal... Es una carta con un toque de personalidad. Hubiera sido peor que se me cayera el bote de colonia y entonces no podrías ni desplegar el pergamino ¿No crees? Como sea, te dejo también una de las láminas que hago en clase, espero que te guste... Y que no sea muy 'darks' para ti, pececito molesto.

Enyx S. Lestrange.

A Alan Shane Kilian Feehily:

Otra vez escribiéndote una carta.

Y otra vez me veo aquí sentado en el escritorio de la sala común Ravenclaw. No puedes hacerte una idea de lo inmensa que es, es demasiado grande, tan grande... Que se siente vacía. ¿Vacía? Dirás, si seguro que está a rebosar de conocimiento. No es conocimiento lo que le hace falta a los huecos de los muros y las paredes, es... Calidez. A veces siento que el conocimiento te aparta del camino de la felicidad, a lo mejor crees que es algo tonto, pero... Uno no es más feliz por tener más conocimiento, en realidad, creo que cuando se adquiere en conjunto con otra persona, ahí es cuando le das valor.  Y no le quiero quitar mérito a las personas autodidactas, en absoluto. Hablo por mí, no me malinterpretes, pececito molesto.

Como no sé cómo iniciar cartas, supongo que escribo lo primero que pasa por mi mente, y aún quedan unos días para abandonar el colegio, decidí pasar hasta el último día de plazo para estar aquí y aprovecharlo al máximo.

Por cierto, he estado mirando algunas fiestas de fin de curso ya que... Yo no me voy a graduar y creo que tú vas a pasar de curso ¿No es así? Pensé que tal vez quisieras venir de fiesta conmigo y unos amigos, puedes invitar a quien quieras, a tu hermano, que no lo conozco, sí, al capitán de los leones.

La temática, me dijeron, será de la década de los setenta y ochenta, es un instituto muggle o algo así parecido a un colegio pero... ¿Muggle? No tengo mucho conocimiento de esto.

Enyx S. Lestrange.

A Alan Shane Kilian Feehily:

Acabo de encender una de las velas del candelabro de la mesa-escritorio de mi sala común, ya que aún sigo aquí en el colegio. Tienes razón, creo que tu buhardilla sería un lugar agradable para mí, tal y como la has descrito en alguna ocasión, aunque aún no he tenido el placer de verla.

Algunos alumnos se han graduado y otros han vuelto a sus hogares y yo... He decidido quedarme y organizar algunas de mis pertenencias para que no se me olviden, así como también procuro ordenar las ideas que ahora tengo en mente, sé que el regreso a casa será algo que deseo, extraño de algún modo la melancolía de los muros de la mansión Lestrange, y el aroma a piedra húmeda y a hiedra. El silencio gobierna en la mansión, imagino que sería tan extraña para ti como lo sería para mí un hogar repleto de ruidos y voces, pero no creo que me desagrade.

He puesto tu carta delante de la mía para poder responderte de forma apropiada y que no se me olvide ningún detalle, pero aun así siento que me arde el pecho.

Tengo demasiadas preguntas rondándome la mente, Kilian, tengo... Demasiadas sensaciones aún en el cuerpo: Me siento agitado, revuelto, despistado. Siento que me arden las manos, que mi piel es completamente diferente, y ni siquiera el agua más fría convocada con un hechizo logra sacarme... La sensación de tus labios impresos en mi piel. Creo que nunca fui de esas personas que agitan el pie al tenerlo en vilo, hasta ahora.

No es miedo, ni tampoco rechazo, solo es algo nuevo, algo que tiene sentimientos, aunque no sé cómo procedan, no estoy asustado.

¿Quedaron muchas cosas por decir? Creo que quedaron todas, necesito muchas explicaciones, necesito muchas respuestas, necesito... Aclaraciones y también que mi corazón deje de sentirse como un estúpido loco cada vez que me diriges una mirada.

¿Por qué tienes tanta profundidad en los ojos? No hay un solo rayo de luz que atraviese tus pupilas, ni tampoco el color del iris, es un abismo... En el que no me importaría perderme. No sé cuántas veces he escrito esto en limpio para no borrar ochenta veces y que me salga todo con buena letra y ser legible, aunque mis ideas están casi tan alborotadas como lo estoy yo.

PD: Tenebris puso un par de huevos y... El único macho que se me ocurre es tu búho así que... ¿No deberías de darle una charla a él también? Ahora tendrás que enseñarle a hacerse responsable de lo que sea que salga de ahí. Son tres bonitos huevos de color blanco y un extraño color de cascara entre marrón y gris.

PD2: Pensé en ir a visitarte cuando ya haya terminado de empaquetar mis cosas y esté en la mansión, será más fácil usar un traslador a tu casa. ¿Debería llevar algo? Es costumbre llevar un obsequio cuando visitas la casa de otra persona.

Enyx S. Lestrange.

A Alan Shane Kilian Feehily:

Cuando todo empezó, solo pensé en cómo podía llegar a acceder a donde sea que haya migrado tu mente. Me sentí desquiciado, Alan, iracundo, violento, torpe y egoísta... ¿Cómo puede adueñarse el tiempo de lo que yo tanto he esperado? ¿Por qué razón el destino torcería la soga alrededor de mi cuello? ¿Y por qué no me llevó contigo?

Ahora estoy aquí, sentado, con la vaga idea de que tal vez estas cosas las leerás algún día. Compré mucho pergamino para poder dedicarte todos los pensamientos que trascienden de mi mente a un mundo donde no me imagino sin ti... Y el mundo que conocemos es hostil, solitario y frío.

El atardecer ha perdido su color cálido, y el infinito del cielo ahora conoce un fin, porque no está el color de los tuyos en el horizonte, ni tampoco el dorado de tu piel al amanecer, ahora solo es de un color verde... Un verde pardo, enfermizo. San Mungo se ha convertido en un segundo hogar para mí, aunque evidentemente soy un asiduo visitante por la condición en la que me encuentro, jamás pensé sentarme horas aquí, a tu lado, leyendo o dibujando, esperándote.

Pero esto es solo el inicio, porque tengo toda una eternidad por delante, y el tiempo para mí no significa nada si no estás tú.

Enyx S. Lestrange.

A Alan Shane Kilian Feehily:

Creo que es la primera vez en mucho tiempo que te escribo sin saber realmente qué es lo que voy a escribir, o cómo expresarme... Qué extraño ¿Verdad? Como si no me hubiese pasado ya antes, en alguna que otra clase.

Lo cierto es que no sé afrontar estas fechas con un silencio absoluto de tus labios, Alan, no sé cómo es el reflejo de las luces de los árboles de navidad sin que brille tu sonrisa o la forma en la que se achican tus ojos. ¿Pedir un deseo? Desearía que pudieras despertar, como si todo se tratase de una broma pesada o una siesta demasiado larga. ¿Sabes? Tenía planeado que empezásemos a mirar muebles o alguna clase de tienda muggle de esas tan famosas, empezar a planear una vida en conjunto... Algo que veo irremediablemente postrado a los pies de la cama de San Mungo.

Me han echado la bronca por hacerme hueco a tu lado, en lo que se desenvuelve esta situación. Jamás agradecí tanto mi condición física, porque puedo permanecer horas sin levantarme, sin tener necesidad alguna nada más que alimentarme. Agradezco que algunos enfermeros me dan bolsitas de plasma y puedo tomarlo junto a ti, aunque no puedo negarte que de vez en cuando necesito salir al exterior y comprobar que el tiempo no se ha detenido.

El mundo muggle me llama la atención, ahora que está decorado en extremo, es sonoro y llamativo, podría perderme entre las calles con sus canciones aplastantes y los bastoncillos de caramelo decorativo que adornan algunos acerados. Los muggles tienen una peculiar costumbre de hacerse regalos en determinados momentos, como el día veintiocho, y leí que, en algunas partes de Europa, como España, hacen regalos en el día seis de enero.

Cuando despiertes debemos hacer toda clase de celebraciones, juntos. Yo esperaré a que despiertes, te esperaré siempre.

Enyx S. Lestrange.