Cronología de Undyne McDowell

Cronología 2054

XXSEPT En las fauces del lobo ¡Ja! ¡Recuerdo ese lío como si fuera ayer! Eve y su pandilla pensaron que podían hacer una salida rápida usando un traslador y, ¿adivina qué? ¡Terminaron en medio del maldito escuadrón de seguridad del clan! Y ahí estaba yo, liderando el equipo con mi cara de pocos amigos. La tensión era más densa que la mierda, y Eve intentando negociar como si eso fuera a funcionar. ¡Qué risa! Les dije a ambos, a Eve y a su noviecito Aiden, "¿Negociar? No, no, no. Vamos a resolver esto a lo antiguo, con un buen combate físico." Las cosas se pusieron más calientes que una sartén en llamas. Luego, Alessandro me atrapo con las manos en la masa, intento encubrirlo diciendo que era un "[i]entrenamiento amistoso[/i]". ¡Claro, claro! Al final, prometí cuidar de las heridas y arreglar las cosas diplomáticamente. Pero ese momento fue oro puro, te lo juro. XXSEPT VIVIRÁN PARA VER EL AMANECER UN DÍA MÁS] ¡Ja! ¡No te puedes ni imaginar la carcajada que solté ante las bromas de Vernon sobre la vida amorosa de Aiden y Evangeline! ¿Quién diría que el chico débil y callado tendría a alguien como Evangeline tras él? Aunque yo, siendo honesta, creo que hacen una pareja bastante genial. ¡Qué locura! Pero, sabes, en medio de las risas, Vernon logró sacar esa chispa reflexiva de mí. Le solté a Aiden que necesitaba ponerse las pilas y volverse más fuerte, porque esto del mundo mágico no es un paseo por el parque. Fue uno de esos momentos raros de relajo en medio de todo el caos mágico que nos rodea. ¡Qué día, de verdad! XXOCT HAPPY BIRTHDAY Estábamos parados frente al maldito restaurante Little Moon, y Vernie, el pobre, parecía más indeciso que un hipogrifo en una tienda de escobas. Yo, por supuesto, ni siquiera fui invitada a esta fiesta de los McDowell, pero ¿qué importa eso? Agarré a Vernie por el brazo, lo arrastré adentro como un basilisco llevándose a su presa. Nos unimos a Arikel y a Echo, y ahí fue cuando se armó el jodido drama. Resulta que nadie quería que yo estuviera aquí. Echo, toda irritada, se pira como si le debiera algo. Luego entra Arikel, con su cara de pocos amigos, dejándome claro que mi presencia no es bienvenida. Vernon, mi apreciado amigo, intenta calmar las aguas y hace la introducción oficial. Yo, sin importarme un comino, les suelto que Vernie es un sanador de primera y que deberían estar agradecidos de tenerlo aquí. Pero claro, las cosas no podían quedarse ahí. Entra un tipo que ni conozco y se pone a discutir conmigo sobre la comida. Vernon, con su actitud, intenta evitar que esto se convierta en un espectáculo de fuegos artificiales. Y entonces, como si fuera poco, el tipo ese revela que acaba de unirse al clan. ¿Y yo qué? Me importa un bledo, pero ahí estamos, en medio de un intercambio de palabras tan caliente como una caldera de poción hirviendo. La paz, según Vernon, es importante, así que hago mi mejor esfuerzo para no lanzarle un hechizo al tipo desconocido. ¡Ah, las reuniones familiares de los McDowell nunca  tienen un momento aburrido.! XXDIC AUGE DE LAS BESTIAS ¡Ah, la vez que me encontraron hecha mierda en ese campo de batalla en Londres fue una de esas historias para cagarse de risa! Aiden y Eve, esos dos locos, vinieron a buscarme porque Katarina decidió que el día necesitaba un toque de drama extra. Estábamos enfrentando a una horda que se creían la gran cosa. Resulta que esos idiotas atacaron a mi escuadrón, y algunos desaparecieron o palmaron. Un desastre total, ¿sabes? La cosa se puso más rara cuando descubrimos que la movida era solo la punta del iceberg. Traición, enemigos ocultos, todo el paquete. Estábamos en el epicentro de una jodida telenovela mágica. Pero bueno, lo más importante era que yo estaba medio destrozada. Me acuerdo que Aiden y Eve me miraron como si fuera un perro mojado, y yo, con mi sarcasmo de siempre, les solté algo así como "¿una mano, amigos? Estoy tomando un paseo en el lado salvaje". Aunque entre nos, estaba a punto de quedarme raja. Esa fue una de esas veces en las que te das cuenta de que el mundo mágico es un lío constante, pero al menos siempre hay espacio para el humor negro. ¡Y así es como lidiábamos con los peligros en esos días, con una buena dosis de cinismo y risas!

Isley