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Baúl de Paolo Sanna

Publicado por Paolo Sanna, Ago 14, 2024, 07:41 PM

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The kind fool
Año escolar 2046/47
A Hope le gustaba mucho ese chico, le gustaba desde tercero, cuando se fijó en él por primera vez en una ocasión que volcó accidentalmente el frasco de díctamo que debía usar para su poción, y él le ayudó a limpiar rápidamente y le compartió del suyo para que no la regañaran. Desde ese momento lo empezó a observar y no tardaron en volverse amigos. A ella le gustaba el color de su piel, su pelo que siempre estaba un poco desordenado, le gustaba su voz fuerte y la forma graciosa en que modulaba algunas palabras con su acento extranjero, le gustaba lo amable y dulce que era. O al menos, todo eso le gustó durante los años que estuvo cerca de él.

Nunca fue difícil acercarse a Paolo, él era bueno con todo el mundo, nunca dejaba de estar disponible para echar una mano en lo que sea, o brindar una sonrisa a quien se le acercara, tenía muchas amistades en todas las casas, la única traba para llegar a él era a veces su hermana, que parecía dispuesta a sacarle los ojos a cualquiera que hiciera sentir mal a su mellizo, pero aún así, Hope se daba cuenta que Paolo no tenía ninguna chica, sospechó que quizás le gustaban los chicos, pero tampoco, como que el italiano no se atrevía con nadie. Era tan tímido y romántico en ese aspecto, que a ella en ese momento le enterneció más, y con mayor ahínco lo quiso para sí.

Estaban terminando quinto cuando tuvieron su primer beso, fue en la sala común, sentados entre cojines mientras estudiaban para los exámenes finales, Hope llevaba rato sin saber que estaba leyendo, sólo lo miraba de reojo y se le arrimaba más y más.

Acabó ese año y comenzaron las vacaciones, Paolo era huérfano, le contó algunas partes de su historia en esos días que iniciaba el noviazgo, las cuales Hope escuchó como si se tratara de una novela de Dickens, y así mismo es que se propuso llevarlo con ella. Le había avisado a sus padres, eran muggles ambos, con una vida cómoda, tenían una casa en Bath donde pasaban las vacaciones. Y esas tres semanas que Paolo fue con ella se volvieron de ensueño para él, todo perfecto, flotaba entre nubes y aseguraba estar enamorado, su primer amor, supuestamente. Hope igual lo disfrutó, era genial estar con él, lo pasaban bien, pero pasaban los días y había algo que no terminaba de encender. Él regresó al orfanato, tan casto como salió, luego de haber rechazado tener su primera vez con Hope por temor a lastimarla.

Pasaron más días, semanas, otro mes, el italiano le envió sentidas cartas a la que consideró su novia durante el resto de las vacaciones y ella le respondió con cariño. Sin embargo, Hope ya se había sacado el gusto del moreno al fin y pasó a otra cosa, y al regresar al colegio le confesó que había conocido a otro chico en esas semanas, uno menos romántico y más osado, con quien se divirtió todo lo que quiso, y que no estaba interesada en seguir una relación con nadie por ahora. Y de esa manera práctica y simple, le rompieron por primera vez el corazón a Paolo. Él jamás se quejó, de hecho, aun habla con Hope de vez en cuando, le alegro cuando ella le contó que sería mamá luego de salir del colegio, lástima que el chico de quien se embarazo no quiso hacerse cargo, si a él se lo hubiera pedido, él lo hacía.
@emme
Ultima modificación: Ago 14, 2024, 08:03 PM por Paolo Sanna #1

Kisses in the dark
Año escolar 2047/48
—Parece que estuvieras enamorado de ese crío altanero, Paolo, deja de mirarlo como idiota —de pronto su hermana lo regañó con un murmullo y un sentido codazo que lo dejó sin aire y con la cara hirviendo de vergüenza. Estaban en uno de los invernaderos cumpliendo un castigo por culpa de Carina, los tenían limpiando los caños del sistema de regadío, y al modo muggle, con utensilios y las manos. Y justo en ese rato pasaron por delante los de segundo de gryffindor a su clase de herbología. Paolo, como siempre, se quedaba mirando a Éferon a la distancia cada vez que podía. No habían vuelto a hablar nunca más, pero no podía olvidarlo. Siempre lo tenía en su mente, a veces soñaba con él, que se juntaban y paseaban por los jardines, soñaba que le contaba de lo que aprendía en la escuela, sobre sus nuevas amistades, lo extrañaba mucho. Pero no era por eso que decía Carina, ¡cómo le iba a gustar!... O sea, sí, le gustaba él, pero no de ese modo... ¿O sí? ¿Le gustaba, aunque fuera un chico? Limpiando estiércol de dragón en ese invernadero fue la primera vez que se preguntó a sí mismo si le atraían los chicos y descubrió que sí.

El descubrimiento le causó una cosquilla de emoción nueva, y pronto comenzó a mirar alrededor, buscando por algún otro que le despertara ese interés. Pasó un tiempo hasta que halló a alguien, alguien a quien empezó a admirar a la distancia, sintiendo que se le encogía el vientre y le entibiaba el corazón escucharlo hablar. Era un chico de último año, un león también, tenía los ojos claros, porte altivo, carismático y alegre, siempre andaba rodeado de amistades. No era imposible acercarse a él, pero formar parte de su círculo, eso sí que estaba difícil. Le tomó varios meses a Paolo, más siendo menor un curso, llegar de verdad a considerarse un cercano con Maurice, y más tiempo todavía llegar a confesarle lo que sentía por él.

A Maurice parecía que tan sólo le gustaban las chicas, al menos, esa impresión tuvo Paolo de inicio, pero no se desanimó y continuó insistiendo con la amistad. A él le hacía feliz tan sólo rondarlo, lo admiraba, le gustaba pasar el rato en los grupos que frecuentaba, y luego cuando consiguió ser amigos directamente, más ilusionado estaba, aun sin esperanzas de ser nada más. Lo que llegó a suceder al final, nunca lo previó, y de hecho, ni supo como se dio.

Fue en una salida al final del año escolar, su sexto año, cuando se quedó a solas con Maurice y las cosas comenzaron a tomar aquel rumbo. Aquel chico si gustaba de él, una excepción lo llamó, le dijo varias cosas dulces, elogió su carácter y su apariencia, cumplidos que Paolo apenas creía, y lo hacían sentir muy avergonzado. Después de un rato comenzaron a besarse, lejos de todos y a escondidas, Maurice lo acariciaba, las caricias se volvían más osadas, en medio de ellas, de pronto, le comenzó a decir algunas cosas. Cosas que Paolo tardó un poco en asimilar en medio de lo que pasaba.

Resultó que el león si quería estar con Paolo, deseaba llegar más allá con él, sólo que le pedía que lo guardara todo en secreto. No quería que nadie se enterase, que de todos modos él lo negaría siempre. Pero si Paolo guardaba silencio, podrían ser muchas veces, podrían seguirse viendo a escondidas en los meses siguientes. Estuvo a punto de aceptar, pero finalmente decidió que no, que no quería algo así, sus ideas al respecto eran otras, tenía sueños y esperanzas, encontrar a alguien que lo aceptase tal cual, alguien que lo amase de verdad, él soñaba con una relación ideal que lo llevara a un compromiso mayor, aspiraba a encontrar con quien formar una familia. Ser el desahogo a escondidas de alguien no lo llevaría a eso. Entonces lloró la desilusión varias semanas, hasta que la tristeza amainó y encontró alguien más con quien ilusionarse, para que le rompieran de nuevo el corazón.

@emme
Ultima modificación: Ago 14, 2024, 08:02 PM por Paolo Sanna #2

When i was
Abril 2053
Éferon cumplía diecinueve años, sería su último año en la escuela, y había organizado una fiesta que prometía ser un reventón épico, esa impresión se llevó Paolo de todo lo que supo del evento. Aun así, aunque le daba algo de recelo asistir a fiestas de ese tipo, se preparó para ir, porque no era el cumpleaños de cualquiera, era el de Éferon, su mejor amigo. No lograba concebirlo de esa forma en su mente, en todo caso, así que cuando lo mencionaba para sí, era él nada más, era él y todo.

La vanidad lo mantuvo desfilando frente al espejo, hasta que encontró un atuendo que le pareciera adecuado a la temática, pero cómodo para sí, vestido con pantalones ajustados y con cortes, botas a media pierna y una camisa blanca con volantes más otros accesorios, simulaba ser un pirata moderno y descuidado. Se cubrió la melena con una pañoleta y se guardó un antifaz negro y simple, le dio risa verse, y así partió a la fiesta. Cargaba el regalo en una pequeña bolsa, no era nada muy llamativo, sólo algo significativo para ambos quizás, lo había conseguido en una tienda muggle y se había esmerado en encantarlo. Una bola de de nieve, pero en su interior exhibía una zona de Venecia, una que conocían ambos, y en vez de nieve, logró que brillaran en su interior fuegos artificiales y que las casas, calles y góndolas tuvieran pequeñas lucecitas.

Antes de entrar ya se sintió cohibido. Se colocó rápidamente el antifaz y caminó entre la gente, mirada baja y observando, buscando al único que le importaba. Lo descubrió al rato, y se quedó embobado mirándolo. Se veía impresionante, más allá de la ropa, sus rasgos y su cuerpo que le fascinaba, Paolo quedaba atrapado en su aura, ese desplante que le parecía tan atractivo, tan malditamente sensual... Pero no lo exhibía para él. Se le comenzó a acelerar el corazón, le faltaba el aire, lo recordó todo de nuevo, claro, cada frase, el dolor, la distancia, los errores, las promesas, la idea de no poder tener nunca más esa conexión con él, esa impresión de haberse fundido en cuerpo y alma, la pertenencia. Se detuvo agazapado entre la decoración, la gente y las mesas, lo siguió un momento de manera disimulada, espiándolo un poco más, hasta que ya no lo soportó. No soportó sentir todo ese tumulto de emociones que se le mezclaban, lo bueno y lo malo. Lo amaba, lo deseaba, ansiaba volver a estar a su lado en todos los modos posibles, lo admiraba, quedaba como polilla, atrapado por su luz, y a la vez odiaba no tenerlo, se odiaba a sí mismo por perderlo, y envidiaba a rabear a cada ser que se le acercaba y él lo permitía. Un beso, un roce, el toque de una mano, cada interacción que observaba lo dejaba devastado, pues en ese lugar Paolo no encajaba, en ese ambiente, lo que veía alrededor, lo que percibía, le saltaban todas las alarmas de incomodidad, sin embargo, Éferon estaba tan en su elemento, y de esa manera la distancia se volvía insalvable.

Dejó el regalo en una de las mesas a la vista, le quitó la tarjeta, porque se dio cuenta que todas sus palabras de amor camuflado de amistad no eran adecuadas, no tenía lugar ahí. Ya no encontraba lugar en la vida de Ef, probablemente lo había perdido para siempre, debía resignarse y no podía, simplemente era imposible, la pérdida estaba más allá de sus fuerzas.

Salió a trastabillones, cegado por las lágrimas, le dolía tanto que ni veía el camino. Avanzó a tientas por las calles alejándose de ese sitio, de la luz que significaba Éferon en su vida, de su propio corazón que ansiaba esa luz, hasta que pudo recuperar el ritmo de su respiración, sin embargo, el dolor no cesaba, se volvía punzante y sordo, nunca se iría, se volvería una costra, la superficie dura de una cicatriz que no habría modo de atenuar. El dolor lo era todo ahora y tan sólo le tocaba caminar en la oscuridad de ahí en adelante, se había acabado la esperanza.

When I was still in love with god, I never expected such a farewell would come. If I had known I could never feel your touch again, I would've hoped to be embraced just one last time.

It's long long good-bye...
@emme
Ultima modificación: Ago 14, 2024, 08:01 PM por Paolo Sanna #3

The weight of memory
Mayo 2053
¿Había algún modo de pasar la página? ¿De cerrar ese capítulo de su vida? No lo creía, quizás es que no quería realmente, podría ser que doliera más incluso olvidar todos esos bellos momentos que vivió, algo tan breve a lo que continuaba aferrado. Pero ante la insistencia de Carina por viajar, por tomarse unos días juntos, fue con ella a Italia, volvieron a su ciudad natal a recorrer las calles y recordar la infancia.

Estando ahí los dos, caminando por el barrio donde vivieron con sus padres, Paolo se animó a hablar al fin, y poco a poco se fue deshaciendo del peso de la memoria. Entre fragmentos, junto a su melliza compararon las escenas que guardaba cada uno, las versiones de la historia, y le contó de aquellos detalles que él en su momento había decidido guardar pensando que de esa manera la protegía. Lloraron juntos, también rieron, y continuaron hablando y hablando más, pasando de la infancia a la adolescencia, y sus distintas experiencias con la escuela. Paolo se liberaba sin proponérselo, a ratos a fuerza casi, con la tenacidad de su hermana que estaba decidida esta vez a no dejarlo quedarse con nada dentro.

Se acabó un día en la ciudad, siguió el otro y las caminatas por otras zonas. Visitaron el orfanato, las plazas donde jugaban, Carina le contó con tanto entusiasmo de su trabajo en América, y Paolo pensando que él no valía la pena como para que hubiese regresado, y ella como si le leyera la mente, dejó claro que había amado su tiempo allá, pero le pesaba demasiado en el corazón la distancia con él.

"Eres todo lo que tengo, Paolo, mi única familia", se lo repitió una vez más. Lo abrazó y lo llenó de besos, y volvieron a llorar y a reír como críos, contándose más anécdotas.

Finalmente le llegó a Paolo la hora de hablar de su última aventura, la que lo tenía así. Ella no era ciega, tenía claro que algo había salido muy mal, y con paciencia le arrancó poco a poco su versión, mientras se acercaban a la vieja torre que fue su refugio de niños. Paolo ya la había visitado hace unos meses.

"Te digo que todavía está en pie... Vamos" Y de esa manera la condujo por su propia memoria reciente. La forma en que volvieron a hablarse con él, como empezaron a salir, las cosas que hicieron juntos, como fue descubriendo poco a poco lo mucho que le gustaba, y de esa manera se fue enamorando.

"¿Recuerdas esos sueños sobre un llamado a una montaña?" Ella también los había tenido, cuando estaba recién llegada a Inglaterra. Entonces le narró lo que pasó ahí en Rusia, el vuelo hasta allá, que encontraron una cueva y lo que sintió en ese lugar. La habló de sus propias creencias y dudas, él nunca tuvo la certeza que eso que los llamó fuera realmente un dios, para él eran trucos de otros magos con más poder nada más, aun así, obtuvieron algo, y le explicó el precio, lo importante que parecía para el otro, y razonó porque estuvo dispuesto a sacrificarse, para qué, o más bien para quién. Fue todo siempre por él, la fe de Paolo siempre estuvo en él, y creyó su promesa, y regreso nada más que por él, y ahí, arriba en la torre donde se escondían de niños y guardaban sus tesoros, le confesó a su melliza lo vacío que se sentía, lo perdido que estaba sin él ahora. No podía quitárselo de dentro, porque sentía que era lo único que le quedaba, sin su amor no era nada.

Lloró más y más, mientras Carina trataba de consolarlo. Aunque las palabras eran inútiles, tan sólo sus brazos ofrecían algo de soporte, pero nada podía con esa tristeza. Se le apagaba el alma, se debilitaba como la luz de aquella lamparita mágica que él le regalo. La había sacado del bolso y observaba tras el velo de lágrimas las luces que asemejaban las estrellas, mientras éstas iban menguando lentamente hasta desaparecer.

Ella se preguntaba porque él siempre tenía que amar así, sin embargo, también se daba cuenta que esta vez era peor incluso que todas esas decepciones del pasado en las que lo vio languidecer por meses. Ahora le había pegado más fuerte y con razón, tras todo lo vivido, era doloroso verlo así, y de verdad que tenía ganas de moler a golpes al culpable, porque en serio, no veía más que un solo culpable, y le importaban bien poco sus motivos, o lo que él sintiera, a ella nada más le importaba la felicidad de Paolo, y que el mundo ardiera de ser necesario. La rabia que sintió sólo tenía medida en el mismo amor que le profesaba a su hermano.

Al amanecer descendieron de la torre, Carina sostenía a Paolo, quien se sentía débil y cansado, pero más ligero. Esa noche regresaron a Inglaterra, y al menos, Paolo volvió a ocuparse de su jardín y logró que algunas de sus matas favoritas revivieran, sin embargo, el vacío en su corazón no tenía fondo, y fue entonces cuando comenzó a recordarlo con más claridad. El sonido del mar.

@emme
Ultima modificación: Ago 14, 2024, 07:59 PM por Paolo Sanna #4

My heart is still yours
Mayo 2053
Estaba en casa cuando llegó aquella carta, la lechuza le pareció familiar, pero hasta que no vio la letra en el sobre, no identificó de quien era. Y enseguida sus manos que lo sostenían comenzaron a temblar.

Negó con un gesto visible y la dejó a un lado, no quería leer esa carta. El sobre quedó sobre la mesa, a la vista, y con el paso de las horas se fue volviendo más que un recordatorio, un peso en la mente de Paolo, algo que lo absorbía, lo llamaba con insistencia oscura. Una parte de él deseaba leerlo nada más que porque era su letra, la otra le repetía que lo más sano para su mente era continuar ignorándolo, dejar que el tiempo pasara hasta sanar y poder enfrentarlo con calma. Pero... ¿Y sí necesitaba algo? ¿Y si le pedía volver? ¿Y si todavía lo quería?

Los escenarios esperanzadores se agolpaban en su mente, lo arruinaban aun más.

Finalmente se rindió, tomó el sobre y sacó la misiva del interior para leerla de una vez. Sus ojos recorrieron el papel, buscando atrapar las palabras y darles sentido, mientras sus ojos se iban rebalsando lentamente con las lágrimas. Amigo, amistad, perder, dañar, aquellas palabras se repetían. La promesa rota quedaba en evidencia, y no había ni una idea de perdón.

"No me odies"

¿Cómo podía? Ojalá fuera tan simple, odiar, olvidar, lo que fuera.

Luego de eso pasó más horas frente al papel y al sobre, pensando que deseaba responderla, y aun así no quería. La guardó en la caja con el resto de cartas, y pretendió olvidarla por ahora.

Sin embargo, era claro que no podía. Continuó ahí de fondo en su mente, apareciendo cada tanto el recordatorio y la necesidad. Hasta que unos días más tarde, al regresar del trabajo se sentó a escribir.

"Mayo, 2053

Me he tardado un poco en responder, pues sí, lo admito. Te he estado evitando. Me haces mal, Ef.

Sé que no fue tu intención, sé que me quieres, que me aprecias, sé que me pediste que continuáramos siendo amigos, y sé que igual rompí mis promesas. Probablemente es que nos hacemos mal el uno al otro, y es por eso que mejor volver a la distancia. Sigo afirmando que no me arrepiento de haberme acercado a ti en esa librería, y no me arrepiento de nada de lo que pasó después, me diste unos meses maravillosos, Ef. Me diste vida, sueños, me diste amor como jamás nunca sentí en la vida, pero el golpe ha sido demasiado duro, y lo que me ofreces, la amistad, no es suficiente para amortiguar nada. Al menos, no para mí, lo siento. Y no te odio, me es imposible, así como tampoco puedo olvidarte. Yo también te extraño cada día y cada noche, te extraño tanto que me quedo sin aire, y la única forma que encuentro de seguir, es moviéndome, haciendo lo que sea para ocupar la mente y las manos. Por eso mismo, la distancia es lo más sano. Quizás tú si logres olvidarme, con tiempo, probablemente sea lo mejor, y si algún día nos volvemos a encontrar, seremos dos extraños que en verdad podrán conocerse desde cero, ojalá pudiera ser de esa forma.

Y me alegra que ya estés por graduarte, seguro te irá bien en todo lo que te has propuesto. Lo sé, tú eres brillante, eso es indiscutible.

Adiós, Ef. Il mio cuore è ancora tuo...

Paolo."


Sin releerla en caso de arrepentirse, mejor nada más la metió en un sobre con las indicaciones, y fue a mezclarla junto con el correo del mismo orfanato, para que fuera a su destino cuando las lechuzas salieran por la mañana con todo el encargo.
@emme
Ultima modificación: Ago 14, 2024, 07:59 PM por Paolo Sanna #5

When all it's over
Mayo 2053
¿Cómo fue que sucedió? No estaba nada bien, esa mañana todo daba vueltas, le dolía la cabeza, tenía el estómago revuelto, y lo peor, se sentía más miserable y vacío que nunca, es que era un imbécil sin remedio, no podía odiarse más porque no le quedaba energía ni para eso.

Se arrastró fuera de esa cama extraña, revisó alrededor buscando sus cosas y huyó lo más rápido que pudo.

Una vez en su hogar se dio una larga ducha, luego se echó a dormir, y por él no despertara nunca más, si ni siquiera estaba seguro de recordar bien el nombre del tipo con el que se había acostado. Era un total desastre, obvio que lloró, de frustración y rabia, porque había perdido el sentido completo de su existencia de un momento a otro, y no tenía idea como seguir desde ahí, llevaba meses dando palos de ciego, y ahora más encima perseguía su fantasma. Pues eso es lo que había hecho esa noche, dejarse llevar por una quimera, metiéndole cualquier cosa al cuerpo que alterara los sentidos, que adormeciera sus emociones, para verlo entre espejismos y seguir soñando con él. O tan sólo con la idea de ser amado todavía, como anhelaba ser amado.

La noche antes, Paolo se había reunido con unos amigos, más bien conocidos, gente con la que solía salir a veces, charlar, juntarse a comer en algún sitio de moda, ir a clubes a bailar. Uno de ellos lo había llamado días atrás y surgió ese plan, lo último, decían que había abierto un lugar nuevo, el grupo quería ir a conocer. El moreno hace meses que no salía por su cuenta, así que no pareció mala idea. Se vistió para la ocasión y llegó al punto que le indicaron, era un grupo grande, chicos y chicas más o menos de su edad, saludó a los que conocía, le presentaron a los demás, que eran las parejas actuales de otros o amigos recién integrados. Paolo no era especialmente cercano con ninguno, pero les tenía aprecio, la pasaban bien siempre. Un par eran mago y bruja como él, el resto muggles que no se complicaban con idealismos, ni prejuicios.

El club nuevo era intenso, buena música, ambiente movido y libre. Pronto estaban rodeando una mesa y pidiendo de beber, saliendo a bailar por turnos, entre ellos o con desconocidos, Paolo solía beber poco en el pasado, tomaba un trago, luego puras gaseosas o agua, algún coctel sin alcohol sólo por lucir el vaso adornado y el sabor dulce, pero en esta ocasión se dejó llevar, de pronto al sentir los primeros efectos de un destilado fuerte en su bebida, no pareció tan malo y pidió otra igual. Es que bailar era divertido siempre, se sentía bien cuando lo hacía, lleno de energía, y cuando comenzó a recibir atención de alguien que se le cruzó en la pista tampoco pareció tan malo. Bailó frente a esa persona, bebiendo el segundo vaso, más desinhibido. Los pensamientos que cruzaban su mente se aligeraban, y comenzó a sentirse agradable la cercanía, la voz al oído a momentos, que le preguntaba su nombre, si quería beber más, si quería seguir bailando, que si deseaba probar algo.

Él era de su misma estatura casi, cabello y ojos claros, facciones armoniosas, parecía su arquetipo maldito. Lo miró a los ojos más de una vez eclipsado con su belleza que le recordó a la de alguien más, le pasó los brazos por el cuello y se entregó al juego, la luz difusa y el mareo eran útiles a la fantasía. De esa forma los besos no tardaron, Paolo iba por el tercer vaso que le había comprado rato antes él en la barra, mientras lo mantenía sujeto de la cintura. Su boca sabía a alcohol dulce, era brusca y demandante, la disfrutó, y no se alarmó cuando en medio de esos besos, él le deslizó algo pequeño y redondeado con su lengua. Tragó la pastilla sin rechistar, que más daba, nuevas experiencias.

Siguió bailando con él, entre besos, roces, euforia, el calor subía, todo era más extraño alrededor y le agradeció cuando lo sacó de ahí porque ya se sofocaba, reía sólo, y no le decía que no a nada. Lo siguiente fue subirse a un taxi tras caminar un rato, llegó con él a su apartamento, donde se relajó en el sofá, el calor no lo dejaba, y las manos de él encima no incomodaban, lo despertaban con deseo. Se dejó quitar la ropa, escuchaba halagos a su cuerpo y continuó imaginando que la realidad era otra. Luego nada más gozó de lo que le brindaban, entre flashes donde era consciente, luego no, y todo daba igual, su corazón estaba muerto.

  Días más tarde se prometía que no debía volver a pasar, no de esa forma, perderse tanto de sí mismo, sin embargo, el dolor acabaría derribando lo poco y nada que le quedaba a su autoestima, y a la siguiente ocasión que cualquiera la otorgara una mínima de atención, su ilusión lo impulsaría a buscar desesperado ese amor perdido en cualquier espejismo. El anhelo de ser amado era más fuerte, pues estaba roto de manera irremediable. Todos los intentos de su hermana por componerlo o cuidarlo eran inútiles.
@emme
#6

Chapter one of a broken heart
Agosto a Noviembre del '52
Memorias del pasado, la historia de como se conocieron de niños y el primer encuentro en una librería años más tarde, donde volvieron a hablarse. —[url="https://www.hogwartsrol.com/t36662-c-era-una-volta-privado"]C'era una volta[/url]

Días después se volvieron a encontrar de casualidad en los salones del club de duelo, en el ministerio, y sostienen una contienda amistosa. Paolo ganó aquel duelo. —[url="https://www.hogwartsrol.com/t36691-club-de-duelos-eferon-vs-paolo"]Duelo en el club del ministerio[/url]

Tras el duelo quedaron de ir por un café en esos días, pero Ef se enfermó y Paolo decidió visitarlo y prepararle algo en su cocina. —[url="https://www.hogwartsrol.com/t37688-benvenuto-privado"]Benvenuto[/url]

Nuevamente coincidieron en un club, esta vez les tocó elaborar una poción juntos y hablaron de la idea del amor. —[url="https://www.hogwartsrol.com/t39266-club-de-pociones-eferon-cabane-paolo-sanna-amortentia"]Amortentia en el club de pociones[/url]

Al fin acordaron una salida, el punto de encuentro fue el Chezz Winnie, una casa de té, donde surgió el tema de sus preferencias de pareja y luego pasó algo que dejó un poco confuso al moreno. —[url="https://docs.google.com/document/d/1sMbcQhwI0X51uMn31D4uNJe_X1DZxzAOGKc5IaNtiNU/edit?usp=sharing"]It's nothing serious[/url]

No pasó mucho tiempo sin que volvieran a reunirse, esta vez organizaron una salida a acampar. Viajaron montados en la moto del rubio hasta un paraje natural dentro de la región. Nadaron y pescaron en una laguna y Ef le mostró su habilidad para transformarse en un caballo blanco. —[url="https://www.hogwartsrol.com/t39914-nel-buio-della-notte-privado"]Nel buio della notte[/url]

Apéndice: Durante varios de esos años de época escolar, Ef escribió cartas para Paolo que jamás se atrevió a entregarle. Las reunió en una cajita de metal y se las dio al moreno esa noche en el campamento. —[url="https://docs.google.com/document/d/1jWB7l8OVb8_h9HfdT-u194FERuZiV_a4HDNlELIn_b4/edit?usp=sharing"]Cartas para Paolo.[/url]

Un mes más tarde volvieron a organizar una escapada, esta vez más lejos. Decidieron pasar el fin de semana de Halloween en Venecia. Disfrazados, recorrieron el barrio y exploraron la vieja torre de piedra donde se refugiaban de niños, fueron al carnaval en la plaza, bailaron y cerca del amanecer regresaron juntos. Iniciaron la relación. —[url="https://www.hogwartsrol.com/t41712-fb-halloween-in-venice-effy-y-paolo"]Halloween in Venice[/url]

Fueron varias noches con sueños extraños, antes de decidir hacer aquel vieja. Una misión que cambió completamente el rumbo de sus vidas. Aquella mañana montaron la moto de Éferon y fijaron rumbo a Rusia, a una montaña que vislumbraron en esas visiones. Se sentían llamados, Ef más que nadie, y Paolo ofrendó su propia vida para que él, su amado, completara la prueba. Hubo una promesa, y Paolo decidió confiar. —[url="https://www.hogwartsrol.com/t40386-mt-un-sogno-non-sognato-eferon"]Un sogno non sognato[/url]

Luego del dolor, llegó la paz. Paolo se encontró caminando por una playa guardada entre en las memorias de su niñez y tuvo deseos de quedarse ahí, de dejarse llevar por el mar, de no regresar nunca más al sufrimiento, pero Éferon lo llamó, y su voz se volvió toda su vida desde ese momento. Al regresar, aceptó su propuesta de volverse familia. —[url="https://www.hogwartsrol.com/t41306-dov-e-la-fede-priv"]Dov'è la fede[/url]

Poco después sería navidad. La primera navidad juntos, Paolo deseaba decorar la casa de Ef, y pasaron esa noche juntos, su primera vez. Ese día se prometieron nuevamente. —[url="https://www.hogwartsrol.com/t44797-prima-volta-con-te-fb"]Prima volta con te[/url]

Esa tarde acordaron verse y Paolo fue por Ef a San Mungo, donde éste era aprendiz de enfermero. No se imaginó que acabaría ayudándole con unos niños y una intoxicación por ranas de chocolate. —[url="https://www.hogwartsrol.com/t42949-one-date-with-coffee-privado"]One date with a coffee[/url]

@emme
#7

Final chapter of a broken heart
Diciembre '52 a agosto del '53
A veces Paolo se juntaba con su amigo Blanc y entre esas cosas que hablaban, surgió la idea de crear un hechizo, algo relacionado con la comida. —[url="https://www.hogwartsrol.com/t41762-creacion-magica-restituet-cibum-paolo-blanc"]Cámara de creación[/url] Aquel mes, antes que terminara el año, Paolo y Éf fueron invitados al cumpleaños de un amigo. Durante la fiesta comenzaron a notarse molestias, inseguridades y celos en el corazón de Paolo, cosas con las que no sabía lidiar, más que con tristeza. —[url="https://www.hogwartsrol.com/t42463-cumpleanos-de-holden-grupal-libre"]Cumpleaños de Holden[/url] El nuevo año comenzó, y seguían los planes de boda, hubo algunas discusiones, es que el moreno deseaba esperar hasta el verano, por la estación misma, mientras que Ef lo quería todo enseguida y presentía miedos y dudas. Así llegó febrero, pronto sería el cumpleaños de Paolo, también San Valentín, y éste quiso esperar esa noche a su prometido con algo especial, pero las cosas se torcieron, hubo mucho que no se dijo en su momento, y el tiempo y el silencio habían abierto un abismo que no fue posible salvar. —[url="http://Link"]TEMA[/url] 19 de febrero del 2053, pocos días después de la ruptura, cuando aún Paolo ni siquiera la asimilaba, por tanto, aun siquiera le confesaba a Carina que habían terminado la relación con Éferon, asistieron los hermanos al cumpleaños de la heredera del grupo Bathoty (jefa de ambos), y ahí el moreno tuvo ocasión de encontrarse con Ef y poder hablar una vez más. —[url="https://www.hogwartsrol.com/t45295p10-it-s-my-birthday-priv-invitados#239003"]POST 1[/url] [url="https://www.hogwartsrol.com/t45295p10-it-s-my-birthday-priv-invitados#240813"]2[/url] y[url="https://www.hogwartsrol.com/t45295p30-it-s-my-birthday-priv-invitados#245499"]3[/url] Un duelo en el club con un chico Hufflepuff que le dio bastante pelea, perdió, lo que era lo usual, pero en esa época no solía desanimarse tanto. Luego de esa vez, pocas veces volvió a intentar entrenar más para duelista. —[url="https://www.hogwartsrol.com/t46131-club-de-duelos-paolo-vs-kaden"]Duelo con Kaden[/url] Un mes más tarde de la ruptura, cuando parecía que el adiós había sido definitivo, Éferon llamó a Paolo porque lo necesitaba para superar otro adiós, un corte que dio voluntariamente en su vida al último lazo que le quedaba con su familia muggle, sus abuelos. Ef había utilizado su magia para desvanecerse de la memoria de ellos, y de esa manera protegerlos de las amenazas de su lado del mundo. —[url="https://www.hogwartsrol.com/t47220-ciao-privato"]Ciao[/url] En abril fue el cumpleaños de Éferon, otro instante de lucidez y decepción para el moreno, y luego en mayo llegó la carta de él que produciría algo así como el adiós final a esa etapa de su vida y el comienzo de una larga agonía. —[url="https://www.hogwartsrol.com/t47861-baul-de-paolo#257690"]Oneshot 1[/url] y [url="https://www.hogwartsrol.com/t47861-baul-de-paolo#268827"]oneshoot 2[/url] Un día que se encontró en el calleón Diagon con un ex compañero del colegio y se quedó conversando un rato. —[https://www.hogwartsrol.com/t47340-walking-around-priv]Walking around[/url] En el mes de mayo, en un intento de su hermana de animarlo, acordaron encontrarse en la reserva donde trabajaba ella para que le mostrara unos hábitats y luego ir a acampar, sin embargo, en la espera, acabó conociendo a un colega de ella que lo confundió con el plomero. —[url="https://www.hogwartsrol.com/t50920-waiting-is-boring-priv"]Waiting is boring[/url] TEXTO TEXTO. —[url="http://Link"]TEMA[/url]
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