Allie | Pensamientos

La noche se acercaba, y aunque dudé un buen rato en asistir al final me dejé llevar por la emoción de ver algo que tenía siglos sin verse, algo de lo que yo pudiera hablar en un futuro como uno de los cuantos testigos que estuvieron aquel día, algo que pueda contarle a los que no pudieron como un pequeño pedazo de conocimiento limitado que solo algunos son capaces de compartir. Además... salir de vez en cuando no le hacía daño a nadie.

Se puso ropa cómoda y apenas llegaba el momento llegó al gran escenario en el que se realizaría dicho discurso, al cual realmente no le dio tanta atención como le hubiera gustado, ni siquiera estaba tan cerca como para ver a la oradora, solamente se concentró en el lindo cielo nocturno el cual hacía unos días que no había podido sentarse a verlo, y su tan espléndido color que compartía con su casa, precisamente su color favorito, ¿Qué casualidad no?

El momento se acercaba, pero aquella mesa llena de toda clase de bocadillos llamó su atención, dos en particular, aquellos chocolates en forma estrellada y aquel vaso que con sus pequeñas estrellitas decorativas y color blanquecino parecía sobre todo dulce, quizás era una malteada o algo, de cualquier manera, se dio su tiempo para saborear un poco. ¿Qué importaba? No conocía a nadie ahí, podía darse el lujo de actuar un poco... comelón, y llevarse algunos demás, había suficiente para todo el mundo al fin y al cabo.

Preparó su telescopio, todo estaba perfecto para el momento, pero luego la duda de aquel deseo que escuchó a más de uno murmurar vino a él como un balde de agua fría que lo sacó de su relajación, ¿Qué pediría? No, corrección: ¿Se sentía con el valor de hacerlo? Incluso expresar algo como un deseo personal le resultaba... difícil, le daba vergüenza, aunque no hubiera nadie que lo escuchara, sencillamente decirlo en voz baja ya era un paso que estaba considerando, pero se le sumaba a eso la indecisión sobre qué pedir...

Sacudió un poco la cabeza y decidió recostarse en el suelo, cerrar los ojos y disfrutar el baño nocturno del cielo oscurecido. Usó sus brazos acolchados gracias a su sudadera, una linda almohada que se presentó a pesar de que se adormecerían al final de la noche, pero aún así prefirió descansar un poco, pensar en qué iba a pedirle, había tantas cosas que pudiera desear, aunque tuviera la refutabilidad de los deseos fuera alta en un ámbito lógico, él no tenía por qué regirse a ello todo el tiempo.

Los minutos pasaban, puede que haya estado soñando despierto, porque pensó en sus padres, en su madre en específico, quizás debería pedir algo en específico para los dos... o sólo ella, pero al final, un destello azulado lo interrumpió coloreando su oscura visión por sus párpados cerrados, se lo había perdido, ni siquiera tuvo chance a pedir su deseo, ¿se había quedado dormido?

No perdió aquella posición, pero si se posó una mueca de desánimo, había ido solo por una cosa y se la perdió, tan fácil que era, pero fue tan despistado que pasó frente a sus ojos y no estaba atento. Al cabo de un minuto decidió sentarse, apoyando sus brazos en sus rodillas retraídas, ahora no tenía el mejor de los ánimos, pero soltó un suspiro resignado a aceptarlo, no quedaba de otra, no era para tanto ¿no? Solo se había perdido un evento que tenía seiscientos años sin ocurrir...

"Vaya que últimamente he cometido muchos errores... ¿Hace cuánto no les escribo? Pensó.