Crecimiento de los Mellizos: Phobos y Deimos Windhunter: Baúl
Compromiso con Lillie Windhunter: El Cuento del Cuervo y el Dragón
Boda Religiosa con Lillie Windhunter: Fuego y Sangre: La Historia del Cuervo y el Dragón Pt.2
Concepción de Eros: Danza de Dragones: La Historia del Cuervo y el Dragón Pt.3
Boda Civil con Lillie Windhunter: El Enlace: La Danza del Cuervo y el Dragón
Conversión de Stella Ersebet: Divinus Sanguis
Nacimiento de Eros: Luz de mi vida

La decisión había sido tomada, el incidente en Harrod's sólo había servido para confirmarle a Ganimedes que no tenía tiempo que perder, más cuando habían fuerzas ajenas al Clan y Legión que se encontraban lejos de su control; pero había algo que estaba muy presente en su mente, su familia, amaba a su familia, amaba a cada uno de ellos de una manera que nunca había pensado que podría hacerlo. Sabía y estaba al tanto que era un paso difícil no sólo para él sino para su esposa @Lillie Windhunter "Me estás robando a mi hijo" sus palabras hacían eco en su mente durante cada minuto que pasaba en el laboratorio en la Torre de la Mano donde Vulcan tenía su residencia, conocía la receta, conocía los procesos, conocía cada uno de los detalles para que la poción y el tratamiento se llevara a cabo a la perfección. Sus ojos fijos en el caldero, ojos que habían sido testigos del más grave tabú para los Siete en quienes ponía su fe y devoción, haber sido el responsable de la muerte de un familiar no era algo que pudiese olvidarse, era una marca que quedaba grabada profundamente en el alma y la memoria del responsable, no habría expiación posible para que Ganimedes pudiera lavar ese pecado salvo dedicarse a su familia la mayor cantidad de tiempo posible antes que el castigo divino cayera sobre él. El cambio de color en los vapores le indicaron que la poción estaba lista, acercó el vial para la dosis, la primer dosis con la que una vez más robaría el tiempo de uno de sus hijos para que estuvieran presentes en su vida, la de su Clan y en las responsabilidades dentro de su especie; vertió cuidadosamente el contenido en el recipiente cerrándolo al instante para que nada se escapara, hecho esto, inició el recorrido hacia los aposentos de Eros en la Torre de la Reina para iniciar el tratamiento.

Las nodrizas a cargo de atender al bebé se hicieron a un lado dándole acceso a la habitación -Nadie entra hasta que yo salga, ni siquiera la Señora, si algo pasa yo mismo me enteraré de castigar a quien quiera que desobedezca mis órdenes, ¿entendido?- Entró cerrando la puerta tras de sí caminando hacia la cuna donde su hijo más pequeño, su benjamín y primogénito de la unión con la mujer en quien podía depositas no sólo el amor de su vida sino toda su confianza. Se quitó los guantes acariciando la cabeza de su hijo, por primera vez la duda se hizo presente en su mente al igual que una sola lágrima de sangre amenazaba con salir de sus ojos -Discúlpame-, se alejó ligeramente de la cuna para ir a la mesa donde estaban dispuestas las botellas de sangre para que el niño se alimentase a sus horas, tomó una de ellas, la que sentía como más tibia y fresca vertiendo el contenido de la poción mezclándolo cuidadosamente, con eso listo regresó donde su hijo levantándola de la cuna con toda la ternura y amor que una criatura como Ganimedes podía manifestar.

-Serás grande, serás un Señor entre Señores, tuyos serán los cielos y los campos de flores de toda Europa... Eros Deukalion, el primero nacido del amor.-

Se sentó en una mecedora cercana, cerró los ojos respirando profundo aunque no fuera necesario, antes de colocar el chupete en los labios del niño para que éste comenzara a beber el contenido de la botella, la sangre y la poción de crecimiento acelerado -Bébela toda mi niño, crecerás grande y fuerte, estarás con tus hermanos... El Dragón debe tener tres cabezas- mientras el niño bebía Ganimedes se encontró a sí mismo tarareando una nana que no recordaba de donde la había escuchado, un recuerdo grabado en su psique de cuando era un niño humano que se enfermaba con su madre cuidándole mientras le cantaba esa misma canción y acariciaba su cabellera. El proceso había iniciado y no tenía marcha atrás, el primer año de Eros se haría presente en el transcurso de una semana como indicaban los libros de pociones, no había marcha atrás, lo único que sabía era que, si bien podrían disfrutar de la sonrisa y juegos de su hijo, su esposa no le perdonaría lo que estaba haciendo, le estaba quitando a su hijo.

Usé la poción "de Crecimiento Acelerado"

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La semana que pasó después de la primera dosis de la poción la había pasado completamente en silencio enfocado en su trabajo dentro del Castillo de Bamburgh con tal ahínco que prácticamente lo estaba haciendo para evitar enfrentarse a @Lillie Windhunter, no era que tuviera miedo de ella o sus palabras, tenía miedo de ver sus lágrimas, sentir su dolor, sentir todo el daño que le estaba causando al arrebatarle a su hijo de la manera en la que lo estaba haciendo; las nodrizas a cargo del cuidado de Eros le reportaban cada hora sobre el desarrollo del niño, cómo la poción había mostrado los efectos que eran indicados y cómo el cuerpo y psique del niño cambiaba como lo tendría que hacer durante el primer año de su vida. Mostraba ser un niño atento y curioso aunque demasiado demandante en cuanto a los brazos y el afecto físico, muy diferente a como habían sido los mellizos a esa edad independientemente de lo escalonado que había sido su crecimiento. Durante las noches que las preparaciones del ejército terminaban, antes de ir a los aposentos en la Torre del Rey, Ganimedes iba a la Torre de la Reina para visitar a su hijo en sus aposentos privados donde el ejército de nodrizas se encargaban de cuidarlo en todos los aspectos.

-¿La Señora ha venido?-

Preguntaba al aire recargado en el marco de la puerta observando cómo una de las nodrizas cambiaba los pañales del niño preparándolo para dormir, la respuesta sobre la presencia de su esposa era la indicada, independientemente de todo lo que pasaba sabía perfectamente lo amorosa que Lillie era para los niños y más para su propio hijo, era un momento difícil para todos pero conforme el tiempo el pasara sería mucho mejor para todos. Ganimedes entró a la habitación cerrando la puerta yendo directamente hacia la cómoda donde las diferentes pociones y ungüentos estaban dispuestos para usarse en Eros conforme fueran necesarios; se quitó los guantes, inclusive el derecho, acariciando las botellas tomando el frasco que contenía la Poción de Crecimiento Acelerado -Déjenme solo con mi hijo... Nadie entra hasta que yo salga.- Fue a recibir al niño de los brazos de la nodriza entregándole la poción para que la mezclara con un poco de sangre de veela y que fuera más fácil la ingesta; en lo que eso estaba listo, Ganimedes fue a sentarse a una de las mecedoras con el niño en brazos mientras entonaba una nana, la misma nana que le había cantado a su esposa en los túneles del subterráneo hasta que le llevaron la botella con el brebaje. 

-Bébela toda hijo mío, ya casi terminamos...- acomodó la botella en la boquita del bebé para que éste comenzara a beber todo el contenido de la Poción de Crecimiento Acelerado -... sólo unas cuantas más y serás grande y fuerte como tus hermanos, sólo quiero que sepas que te amamos, todos nosotros te amamos y te esperamos Eros.- Siguió sentado en la mecedora con su hijo en brazos, muy diferente a la manera en la que los mellizos habían crecido, inclusive llegó a la conclusión que le gustaba cargar a su hijo, le gustaba pasar tiempo con él y encontraba en esa pequeña figura una clase muy diferente de amor y paz, estaba seguro de que estaba haciendo lo correcto, no había marcha atrás... Pronto, sin darse cuenta, se quedó dormido en esa mecedora con el niño en brazos, el proceso continuaba y, si los efectos eran correctos, Eros alcanzaría la edad de dos años muy próximamente.

Usé la poción "de Crecimiento Acelerado"

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La vida familiar le agradaba, le gustaba saber que sus hijos mayores estaban seguros en Hogwarts y que a pesar de sus diferencias estaban juntos, al menos por palabra de Vulcan había escuchado que los mellizos estaban dejando a lado las diferencias entre ellos y que poco a poco comenzaban a sacar el mejor lado de cada uno de ellos, si conseguían trabajar juntos serían una fuerza de temer para sus enemigos cuando llegar a una edad donde pudieran estar en el campo de batalla pero faltaba mucho para eso. Ya les había robado de su infancia y no sería el artífice de obligarlos a entrar a ese lugar, uno que él mismo visitó cuando tenía su edad, y perderse de todo lo que él se perdió por perseguir fantasmas de gloria y poder que aunque había conseguido algunas de las cosas que quería, muchas de éstas se fueron tan rápido como llegaron. Sus hijos no vivirían eso, les ayudaría a tomar su decisión y ser el padre que el no tuvo, una figura que debía de dar caza para poder cerrar con ese círculo de la única manera en la que el Dragón trataba con los recuerdos que le estorbaban y que sólo descansaría hasta ver su cuerpo en la estaca más grande del bosque donde se pudrían los enemigos de su Clan.

Pero estaba la cuestión de Eros, ahora que tenía la edad biológica de dos años estaba mostrando los primeros atisbos de su personalidad, era demasiado inquieto de acuerdo a sus nodrizas, muy diferente que los mellizos en todos los aspectos, poseía la fiereza y carácter fuerte de su padre pero tenía el equilibrio de la dulzura que su madre, @Lillie Windhunter, poseía al igual que la impulsividad... Todo un personaje que ya podía hacer que sus padres se prepararan para lidiar cuando tuviera la edad de los mellizos... Si dos eran complicados, tres al mismo tiempo serían un terremoto, si es que los mayores mostraban ser más sumisos que Eros. Pero eso ya se vería, todavía faltaban unos meses más del proceso para que pudiera unirse a sus hermanos en Hogwarts y en la vida en la Corte. Terminó sus quehaceres en el cuarto de guerra, instrucciones que se debían llevar al pie de la letra, sobre todo la conversión masiva dentro de Newcastle para tener lista una unidad en la ciudad antes de dar el golpe final con todo el ejército.

-Estaré con Eros... No quiero que me molesten.-

Primero fue a su habitación para tomar un frasco de la poción de crecimiento antes de ir directo a la Torre de la Reina donde Eros, por su edad, todavía recidía. Entró en la habitación y luego al baño para ver cómo una de las nodrizas terminaba de limpiarlo después de una aparente entretenida sesión de jardinería, aparentemente había decidido que la tierra era mejor sobre su cuerpo que sobre las semillas de las flores que Ganimedes había hecho sembrar para su esposa -Yo terminaré, puedes retirarte- anunció en rumano acercándose a su hijo para terminar con su baño, secarlo y ponerle la ropa con la que se prepararía para pasar el resto del día; el niño comenzaba a hablar, una mezcla extraña entre el rumano, inglés y francés que le costaba trabajo a su padre comprender, pero todo eran recuerdos que el vampiro atesoraría durante toda la eternidad. 

-Estoy seguro que fue divertido, mañana me tienes que enseñar lo que haz aprendido pero primero tienes que cenar para crecer fuerte... Tengo que enseñarte a jugar a la pelota, cuando tenía tu edad amaba jugar al baseball con tu abuelo...- Si, tenía sus recuerdos buenos aunque el abandono fuera lo suficientemente fuerte como para que deseara su muerte en estos momentos -Anda, bebe esto... ¿no quieres ser como tus hermanos y estar con ellos?- Otra vez esa mezcla rara de idiomas, una sonrisa en el rostro del Ganimedes mientras se sentaba en la mecedora con el niño sentado sobre sus piernas mientras le daba el frasco de la poción de crecimiento acelerado para que la bebiera en su totalidad.

-Muy bien, ese es mi pequeño dragón. Pronto estarás con tus hermanos y los tres conquistarán el mundo.-

Le dio un pequeño beso sobre su frente antes de ponerse de pie, bajar al niño para tomarlo de la mano saliendo de la habitación para ir hacia las caballerizas donde esperaba una cría, hijo de Bucéfalo y una yegua pura sangre, que sería la montura terrestre para su hijo, el primer regalo de muchos que sólo podía dar al fruto del amor que tenía con su esposa. Si todo salía bien Eros llegaría a los tres años de acuerdo a lo que la poción hacía acercándose más al día en el que podría "valerse por sí mismo" y continuar con sus estudios en Hogwarts junto con sus hermanos. 

Usé la poción "Crecimiento Acelerado"

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El día había sido tranquilo, afortunadamente los deberes en el Castillo estaban siendo manejados con excelencia tanto por Vulcan en los administrativo como por Radu en las cuestiones militares y el número de reclutas iba creciendo con cada día que pasaba haciendo que el Señor del Castillo se sintiera seguro y satisfecho con sus hombres, no podía poner en mejores manos su seguridad y la de su familia. Al final era un líder, no sólo un líder que vigila todo desde su trono sino que había aprendido que si quería liderear a su gente, y más al ejército más grande de vampiros, tenía que convivir con ellos, pelear con ellos, entrenar con ellos y su familia debía de hacer lo mismo, ya hablaría con sus hijos mayores para que durante los descansos de Hogwarts hicieran los mismo, sobre todo si es que querían algún día liderear el Clan Tzimisce o el propio si es que decidían independizarse cuando fueran mayores, sobre todo Deimos que se encontraba en segunda posición en línea sucesoria del Trono de Hierro.

Después de un par de audiencias de representantes de aldeas cercanas que depositaban su seguridad en el Clan en lugar del Ministerio Ganimedes fue directo hacia el patio de entrenamiento con Eros caminando tras él de la mano de una de las nodrizas mientras iba cantando en su media lengua una canción en francés que su madre @Lillie Windhunter le había enseñado; en otras épocas Ganimedes hubiera evitado todo eso pero ahora sólo lo hacía sonreír, ese niño le transmitía casi la misma paz que su esposa aunque en una manera más inocente, como si pudiera ver en él todos los errores que había cometido con los mellizos y que estaba empezinado en no repetir con el tercero de sus hijos. Llevaba una vestimenta completamente negra sobre la cual portaba una armadura de cuero con el dragón tricéfalo del Clan Tzimisce y la familia Windhunter, Eros en una manera insistente iba vestido de la misma manera con una espada de madera de su tamaño en manos. Ya en el patio, Ganimedes entrenaba con los mismos reclutas sin ceder terreno alguno para que pudieran aprender a pelear, a moverse y sobre todo conocer el manejo de la espada ya que el Clan no sólo recurría a la magia para sus combates, no siempre tendrían una varita en mano.

Las horas pasaron, horas en las que el mismo Eros se había liberado de la firme mano de su nodriza usando sus habilidades de raza para comenzar a correr por el patio de entrenamiento golpeando a algunos soldados con la espada de madera, algunos seguían en juego otro no, pero siempre le mostraban una buena cara aunque sólo fuera porque su padre y Señor estuviera presente. Un último cambio de armas con uno de los reclutas que mostraba más pericia en el manejo de las armas que terminó con Ganimedes desarmándolo y derribándolo con una patada en el pecho.

-Es todo por hoy, recuerden, la espada debe de ser una extensión más de su mano, no muestren piedad ni miedo aunque sea un enemigo más poderoso que ustedes, cada uno de los hombres en este patio es extensión de las garras del Cuervo y el Dragón, estoy orgulloso de ustedes... Pueden irse, mañana será más duro.-

Los hombres comenzaron a retirarse y Eros, cansado, fue a donde su padre pidiendo que lo levantara en brazos cosa que Ganimedes hizo para intercambiar unas pocas palabras con él en rumano y el poco francés que estaba aprendiendo junto con él -¿Te divertiste? Seguro derribaste muchos enemigos... Ese es mi pequeño dragón- un toque en la nariz para hacer reír a su hijo, le gustaba ese sonido y se lamentaba por no haber podido disfrutar de la risa de sus hijos mayores a esa edad. Nuevamente la sensación de duda, el sentimiento de arrepentimiento pero no había paso atrás, con una seña de su mano a la nodriza para que trajera la Poción de Crecimiento para dársela a su hijo la cual bebió de un sólo trago no sin su mueca de disgusto ante el sabor aunque una sonrisa estuvo después en su rostro, quería mostrar que era valiente y fuerte como su papá y sus tíos Vulcan y Radu. Si el proceso se daba como tenía que hacer Eros alcanzaría los cuatro años haciendo que el proceso estuviera cada vez más cerca de terminar.

Con todo listo, al menos en cuanto a sus obligaciones como Señor, se dirigió al interior de la Fortaleza para poder continuar con su labor más importante, la de ser un padre para ese niño y enseñarle él mismo a utilizar parte de sus habilidades.

Usé la poción "Crecimiento Acelerado"

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Hacía poco tiempo que había regresado pero entre todas sus obligaciones tenía pendiente de sus hijos, Deimos y Phobos estaban ocupados en sus cosas y ya no buscaban pasar el tiempo con él como antes aunque en realidad no lo había llegado a conocer de la misma manera en la que había disfruta de cuidar de Eros, enseñarle cosas que aunque fueran sin importancia servirían para más adelante, pero sobre todo los pequeños detalles que esperaba se quedaran en la mente del niño para cuando creciera y no sólo le viera como la figura que casi siempre vestía de negro sobre una silla incómoda hablando en Rumano con otros miembros del Clan. Le habían comentado de cierta fascinación de Eros por los insectos, aunque no le gustara no era decisión suya de forzar pasatiempos en sus hijos, entendía de igual forma que la crianza de su benjamín era muy diferente a la de los mellizos donde todas las decisiones habían sido suyas, en este caso era algo de dos y no podía amar el escenario completo... Ese niño era un regalo de los Siete a través de su esposa, un regalo que le había enseñado que podía llegar a amar de una manera más pura pero al mismo tiempo hacerle sentir mal por haber sido tan estricto con los mellizos.

Estaba trabajando en su escritorio dentro de los aposentos, básicamente firmando órdenes de compras e invasiones, odiaba ese tipo de cosas... El debía de estar allá afuera a lomo de Caraxes haciéndose ver para reducir la resistencia dentro de los territorios de su nueva nación. Estaba aburrido y el modo en el que se puso de pie para ir a buscar su espada y los guantes de montar fueron el indicativo -Preparen a Caraxes, quiero salir a volar hoy.- No dio tiempo de decir una sola palabra a los mozos encargados de atenderle, en su recorrido pasó por la cómoda donde se encontraba un frasco de la Poción de Crecimiento Acelerado la cual tomó guardándola en su cinturón yendo directo hacia los aposentos de Eros que recientemente habían sido cambiados al mismo piso dentro de la Torre del Rey donde se encontraban los aposentos de Deimos y Phobos; abrió la puerta haciendo señales directo a las doncellas de que guardaran silencio mientras iba directo hacia donde su hijo estaba jugando con sus orugas.

-¿Esta cómo se llama?-

Una sonrisa genuina estaba en su rostro mientras escuchaba las palabras de su hijo, las aventuras que había vivido en el jardín de su madre y cómo había recolectado tanto insecto. No le gustaba verlo con las manos sucias pero tampoco tenía el corazón de quitarle una de las cosas que estaba comprobando le gustaban mucho. -Eros ven...- le tendió la mano enguantada acercando al niño hacia sí para abrazarlo y hacerlo sentar en una de sus rodillas -...puedes jugar con tus bichos todo lo que quieras pero que sea dentro de esta habitación y la de tu madre, si alguien te dice algo diles que tienes mi permiso y pones cara de enojado, puedes enseñarles tus colmillitos y todo- sacó la poción -pero es importante esto, necesito que estés listo para ir a Hogwarts en Septiembre, ahí estarás mucho más seguro que aquí pero cualquier cosa iré volando por ti, igual tu mamá estará allá entonces no habrán cambios muy grandes; sólo falta una dosis más y te juro que terminaremos... Podrás estar con tus hermanos y recibir las mismas instrucciones que ellos.- Destapó la poción para que Eros bebiera la Poción de Crecimiento Acelerado retomando el proceso que se había visto interrumpido hace unos meses; en cuanto terminó de beberla Ganimedes le dio un beso en la frente poniéndose de pie ofreciéndole su mano -Quiero ir a volar en Caraxes, ¿quiere venir conmigo?-

Usé el "Poción de Crecimiento Acelerado"

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-Quiero al Príncipe @Eros D. Windhunter listo en el patio de armas en diez minutos, es hora de que me muestre lo que ha aprendido.-

Fue tajante en su orden, él mismo se encargaría de evaluar por su cuenta de la misma manera que lo había hecho con los mellizos en el uso de las armas y de sus habilidades de raza, inclusive se había vestido con el mismo uniforme que utilizarían los soldados para entrenar salvo que él utilizaría el dragón de los Windhunter en el peto de entrenamiento. Revisó que las armas estuvieran listas tomando una espada sin filo para él, no necesitaba una real de su parte -Ten una real para el Príncipe...- sabía que era peligroso aunque hubiera diferencias de tamaño y fuerza pues no había nada más peligroso que un cachorro de dragón que no pudiera controlar sus flamas; mientras esperaba a que trajeran a su hijo aprovechó para mover la espada como si estuviera calentando para un combate real, comprobando la calidad del acero romo y el peso en su mano, ligera diferencia con Hermana Oscura que era mucho más pesada pero serviría para lo que quería comprobar; en cuanto avisaron la presencia de su hijo acompañado de las doncellas de su madre giró la mirada ligeramente mirándolo de la misma manera que lo haría con un contrincante más mostrándole que se tomaría el intercambio como un combate real y no una lección más, para más hincapié clavó la espada roma en el suelo ajustando su cabello suelto en una cola de caballo antes de volver a tomar la espada, señalar a su hijo con ella indicándole con un movimiento hacia un punto frente a él.

-Tu, ahí, ahora niño.-

Esperó a que Eros tomase posición y recogiera su espada del suelo, como cualquier otro escudero lo haría -Sostenla bien, si la agarras de ese modo cualquiera te desarma...- dicho y hecho, un movimiento rápido de espada golpeando sus manos y luego el hombro -... si esta espada tuviera filo ya estarías muerto, otra vez.- Intercambios entre correcciones, nunca sin ceder un centímetro, cuando dejaba que Eros siguiera adelante lo dejaba dar dos pasos para después hacerlo retroceder -Más fuerte, si tu enemigo es más grande tu eres pequeño, muévete, eres más rápido... Si... Así, no dejes de golpear.- Giró sobre sí mismo bloqueando una estocada para después empujarlo con el pie -¿Trampa? Eso no existe en el campo de batalla, al final sobrevive el que puede moverse más rápido y golpea más fuerte... Tu tienes ventajas, tu espada es real la mía no...- Otro intercambio, Ganimedes estaba perdiendo la paciencia haciendo movimientos más rápidos y fuertes haciendo retroceder a Eros hasta desarmarlo -La espada es parte de tu brazo, si lo pierdes estás muerto... Otra vez, de aquí nos nos vamos hasta que logres golpearme, con un rasguño es suficiente.- Otro desvío antes de darle la espalda para regresar al centro volviendo a asumir posición.

-No tengo la paciencia Eros, ataca... Me han dicho que puedes cazar, puedes alimentarte por tu cuenta, necesito comprobar que puedes pelear como tus hermanos.-

Las horas fueron pasando, horas en las que los intercambios consistían con Ganimedes desviando los ataques de Eros o empujándolo de una patada. El sudor sanguinolento cubría su frente junto la decepción en su ojo -No...- un desarme más y un bofetón, el mismo que le dio a Deimos en su tiempo -...no estás listo- pero a diferencia de su hijo mayor abrazó a Eros -Discúlpame... lo haces bien, pero necesito practiques más, si esa espada no funciona encontraremos una que se amolde más a tí... Pero por ahora necesito que vayas a Hogwarts, necesito que estés a salvo y cuides a tu mamá y hermanos allá.- Indicó a uno de los escuderos que trajeran un frasco de la Poción de Crecimiento Acelerado -Bébela, ya es la última- le entregó el frasco al niño para que la bebiera en su totalidad.

-Ahora... recuerda, tu eres más rápido y pequeño que muchos, usa eso en tu ventaja... Una última vez, ¿va?-

Recogió su espada de práctica tomando un florete de decoración en uno de los escudos, los intercambios continuaron en un baile más fluido, como si una espada delicada fuera más acorde a lo que Eros significaba para él recibiendo un rasguño en el brazo; era doloroso pero el orgullo valía más pero tenía que guardar apariencias todavía -Bien... hemos terminado...- Le guiño el ojo acercándose a él para alborotar sus rizos -... ve a ducharte para que le digas a tu madre que me ganaste, te debo una visita a un parque de diversiones... Tu elige cuando.-

Usé el "Poción de Crecimiento Acelerado"