¡Y la destrucción llegará por ambos, uno sin magia nacido en cuna de oro pero acechado por la marginación y deshonra, el otro hábil y poderoso pero con un origen muggle inundado de miseria, dos destinos completamente diferentes pero alimentados por algo en común, la venganza! Escuchó el retumbar de aquellas palabras en su oído, las iniciales H.B.M y M.R.K que se leían en la base de la profecía los señalaban como los responsables, el squib miró a su compañero, su nuevo amigo, el único que lo entendía y en quien había puesto toda su confianza, sus intensos ojos celestes brillaban inmersos de euforia, una alegría que solo ambos podían sentir, aniquilar la magia de aquellos que tanto daño les habían causado les generaba un exquisito placer. -Debemos irnos al Valle de Godric, ya tengo una reserva de magos en espera y el Imperius no durará tanto tiempo Comentó sin más el mago mientras posaba su mano sobre el hombro de su compañero y al instante ambos desaparecieron, segundos después sus pies pisaron el césped recién cortado y al alzar la mirada observaron al ejercito que tenían en frente, los ojos desorbitados y ciertamente perdidos del grupo de magos les indicaba que estaban listos para seguir sus ordenes. -Los quiero a todos- Grito con rabia Hugh y se alejó de ellos para apreciar el espectáculo, observó como Mark y su ejercito caminaban por el centro del valle destruyendo todo a su paso y capturando a los magos que tontamente intentaban escapar, Mark era un mago excepcional sin duda, el número uno de su clase, aunque sus años en Hogwarts habían sido los peores de su vida, pues siempre fue marginado por su origen muggle e insultado por sus compañeros quienes le recordaban la miseria en la que había crecido, así pues esos malos recuerdos le habían servido para incrementar el odio que sentía por los magos y era ese mismo odio el que compartía con el squib. Hugh también sufrió rechazo, pues los magos le habían dado la espalda cuando la magia no se reveló en él y es que la dinastía Bullwark, una ancestral familia de sangre pura nunca pudo soportar que uno de sus hijos no tuviera el don, una aberración le repetía su madre una y otra vez cada vez que iba a verlo a la oscura biblioteca en la que estaba encerrado y es que esta había sido hechizada para que no pudiera salir, sin embargo aquella biblioteca llena de libros muggles le había servido de mucho, las empolvadas hojas de los libros de genética le habían revelado un nuevo mundo, un mundo en el que los magos podían ser inferiores al squib y es así como maquinó su maléfico plan, con el paso de los años logró desarrollar la formula necesaria para exterminarles el don. Cuando el squib logró escapar se encargó de aniquilar a su familia, ahora era el último Bullwark que quedaba, los había matado a todos, uno a uno, pero para sus futuras víctimas tenía otros planes, así pues luego de una extensa búsqueda conoció a Mark Reese, que al igual que él estaba desconsolado y lleno de un odio sin igual, el sangre sucia le serviría para capturarlos,  ambos disfrutarían verlos indefensos, débiles, suplicantes de caridad y cuando el dolor los consumiera por completo les quitarían la luz de los ojos.

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El principio de todo fue la magia. El poder ha formado parte de la vida del hombre desde el primer momento, siempre ha estado presente de una u otra forma. Cuentan algunos mitos, que el primer mago conocido sobre la tierra fue el egipcio Dedi, habitante del palacio de Memphis y conocido por usar sus poderes para divertir a los faraones, sin embargo... esos mitos ocultan mucho más. Dedi fue la creación primigenia de los Senexus Exicial, cuatro deidades, de quienes nada se conoce y menos aún fue lo que quedó plasmado por escrito: tan solo falsos rumores que se han ido distorsionado en el tiempo gracias a los pocos que lograron verlos y vivir para contarlo... ~*~ Los ojos increíblemente azules del hombre se abrieron desorbitados. Su rostro estaba paralizado en una mueca iracunda y su boca, cerrada como por encantamiento, no se movió. No hacía falta. Nosotros no necesitábamos escucharlo para saber qué quería comunicarnos, pues podíamos ver a través de sus ojos. La premonición le tenía abstraído, y en su mente cobraba forma una tragedia: nuestra creación, el fruto de nuestro esfuerzo, anulado por dos miserables criaturas: un squib y un mago que reían eufóricos ante el punto álgido de su venganza. -¡Será una masacre!- se lamentó el autor de la visión. Sin embargo él mejor que nadie sabía que el futuro siempre era relativo, marchaba firme hasta que el mínimo de los obstáculos se posaba en su camino y le hacía cambiar de rumbo. -Basthian, debemos detenerlos....han ido muy lejos- indicó mi hermana. Su tez, estaba tan blanca como la nieve, pero yo sabía que no era por la preocupación. Siempre era así. Y como de costumbre, ella tenía razón: les habíamos permitido avanzar más allá de sus límites, ahora me temía que no teníamos más opción que.... -Mátalos- ordenó el cuarto habitante del lugar. Sus ojos rojos como la sangre brillaban a la par con su sanguinaria sonrisa. Esquivé su mirada, no quería asegurar nada, aún. -Ha llegado el momento...- Pronunciando estas palabras, me acerque al centro del lugar, mirando hacia abajo para contemplar la Tierra en todo su esplendor: hacía mucho que no la visitaba, Amarie había descendido oportunamente hacía setenta años a la tienda de Ollivander, para crear anónimamente dos varitas gemelas. Su trabajo fue clave para asegurar la destrucción del que se autoproclamaba innombrable, tras lo que todo siguió con su rumbo sin necesidad de nuestra presencia. Hasta ahora, que se quebrantaba nuestra primera ley, que peligraba nuestra obra. Hasta que se acercó lo que más temíamos. "La destrucción de nuestra creación". Mis hermanos se acercaron hacia mí, sentía la tensión, nunca había sido necesaria la presencia de los cuatro, pero la gravedad de la situación lo ameritaba, cuando Dimitry dio su último paso, empezamos a caer. A los jóvenes les encantan las fiestas y más en estas fechas, lamentablemente no son los únicos: esos dos aprovechan todo tipo de reuniones con numerosos asistentes para divertirse a costa de los invitados. Descendemos en el centro de la habitación produciendo una gran explosión de sonido que destruye las delicadas vidrieras de la hermosa mansión. Docenas de miradas horrorizadas se clavan en nosotros: y el terror los envuelve: aquella sustancia creada por los dos desgraciados los infecta y suprime la llama interna con la que han nacido, su magia, pero no solo eso, la debilidad los consume y empiezan a caer uno tras otro, encadenados por la maldición que ahora recorre sus cuerpos, entre ellos solo dos individuos permanecen en pie, observándonos sin lograr entender, despojados de su anterior euforia. -¿Quiénes son ustedes?- A pesar del valor que hablarnos con tanta impertinencia pueda demostrar, el squib se esconde tras la espalda del impuro. Éste, a su vez, no duda un segundo en apuntar su varita y lanzarnos la maldición mortal, el resplandor verde viene directo hacia nosotros. Esbozo media sonrisa, y miro a mi hermana: el tiempo se detiene y su maleficio se mantiene inerte en el aire. Basta un chasquido de mis dedos para evaporarlo, mientras tanto mis tres hermanos se sitúan en la posición precisa para rodear a nuestros invitados, asentí hacia Amarie y el tiempo retomó su curso. -Me temo, Mark Reese que ha llegado tu momento- anuncio, fríamente. El impuro me observa sin dar crédito a lo que sucede: permanece inmóvil intentando inútilmente desaparecer, mas no existe un poder sobre la tierra que no haya sido creado por nosotros, por tanto no tiene ninguna oportunidad, Dimitry y Amynus que se encuentran a los lados esperan mi señal para actuar, yo sin embargo espero a las últimas palabras del individuo, a su sentencia final, que no llega. -Mátenlo- Fuego y agua se mezclan en el cuerpo de Mark sin extinguirse, la mansión se llena de sus gritos de dolor y suplicas de piedad, irónicamente no puedo darle aquello que siempre he aborrecido, los segundos pasan a toda velocidad y cuando los elementos se evaporan, no queda nada más que polvo. -Por favor no me hagan daño, yo no tengo poder... ¡por favor!- solloza el squib, arrodillado en el suelo. El llanto entrecorta su voz, pero no muestra señales de arrepentimiento: solo de cobardía. Me adelanto un paso, dispuesto a acabar de una vez. -Máten...- -¡No!- Observo a Amarie que se acerca hacia mi: su paso es firme y sereno, ¿Qué sucede, hermana?, pienso en su mente, No tiene poder, no puede hacer más daño, ya hemos arrebatado una vida... que lo juzgue su comunidad y que ellos determinen....démosle una oportunidad. Miro a mis hermanos, sus rostros reclaman otra muerte por la deshonra a nuestra ley, sin embargo decido asentir. -Encárgate de él Amarie... y ustedes... arreglen éste desastre- Aceptan mi orden sin protestar, mi hermana se acerca al cuerpo arrodillado y tras tocarlo desaparece con él. Por su lado, Dimitry, que controla el agua, hace que se evapore el líquido maligno del cuerpo de los jóvenes. Amynus reconstruye el lugar y extrae de sus mentes los recuerdos de nuestra presencia y cuando el destino vuelve a tomar su curso, desaparecemos. Quién sabe por cuanto tiempo...

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Un squib yace arrodillado en Azkaban, suplicando clemencia por sus actos, lleva un año encerrado y no soporta el dolor que los dementores le causan cada día, sus ojos hinchados de tanto llorar son incapaces de distinguir la poca luz que ingresa por su nueva celda, llena de moho y humedad, acaba de ser trasladado a la sección final de máxima seguridad, donde solo se encuentran los prisioneros de alto riesgo o aquellos que como él se encontrarían con su destino, el beso del dementor. Hugh es consciente de lo que le espera e intenta desesperadamente escapar, pero sus débiles manos no son capaces de destruir las sólidas paredes de la prisión y su escasez de magia no le brinda la ayuda que necesita, así que solo atina a golpearse contra las paredes una y otra vez, hasta caer rendido al suelo, aceptando su futuro. -Si tuviera mi varita te ayudaría a terminar con tu desdicha- Le dijo una mujer de cabello rubio platinado que yacía al frente de su celda, su largo cabello brillaba ante el reflejo de la luna y ocultaba gran parte de su rostro, por lo que Hugh no pudo reconocerla, este se abalanzó contra los barrotes de su celda para verla de cerca, el squib que había estado apartado de los otros prisioneros por su naturaleza, por fin tenía la oportunidad de hablar con alguien. -¿Quién eres tú?- Sollozó entrecortado el hombre y vio como la mujer se acercaba hacía el, ahora podía ver su rostro y las puntas azules de su desaliñado cabello. -Soy la respuesta que estabas buscando...- En las lejanías de un valle un grupo de magos se encontraban reunidos para escuchar la nueva ley que favorecía la cooperación mágica de los elfos domésticos con los magos, quienes desde ahora tenían ciertas facultades en relación con sus servicios, una gama de célebres invitados presenciaba como el líder de la comunidad daba el discurso y los oyentes prestaban atención en sumo silencio. -...Y con esta nueva ley el Ministerio de Magia intenta...- Un ruido estrepitoso resonó en el lugar, el cielo y los alrededores se tornaron de humo negro, dando presencia un grupo de encapuchados que conjuraban todo tipo de maldiciones hacia los presentes, algunos huían del lugar y otros daban batalla a los recién llegados, gritos de dolor y sufrimiento eran la sinfonía perfecta para ambientar la masacre. Entre los encapuchados uno de ellos caminaba con paso firme directamente hacia su objetivo, no se distraía con el alrededor, solo tenía ojos para él, su respiración era agitada, no podía equivocarse, cuando estuvo a la distancia oportuna con la varita en frente apuntó su hechizo hacia el auror. Hogwarts, se prepara como cada año para celebrar la honorable fiesta de Halloween, en honor a lo que esta celebridad representa. Los estudiantes se alistan con todo tipo de disfraces, las más horrendas creaciones son las favoritas por los jóvenes, sin embargo, otros grupos influenciados por la cultura muggle hacen gala de trajes mucho más cómicos, una infinidad de variedades se presencian durante esa noche. Por su parte, el director de Hogwarts se encontraba en su oficina preparando su speech, en el que alienta a los jóvenes magos y brujas a disfrutar de ese día y a sentirse orgullosos por su naturaleza mágica, mientras escribía sus frases finales una lechuza entró con el profeta del día entre sus patas, el hombre leyó el titular lentamente mientras una expresión de sorpresa se dibujaba en su rostro, no podía creer lo que acaba de leer, Albus Severus Potter gravemente herido resonó en su mente, mientras se preguntaba quién podría haber atacado al famoso auror, pocos minutos después las puertas de su oficina se abrieron para dar la bienvenida a la nueva profesora de Astronomía. -Bienvenida Madam Lipni- Saludó el director mientras alejaba el profeta y se ponía de pie para darle la bienvenida a la recién llegada. -Puedes llamarme solo Edih- Respondió la bruja con un gesto amable y prosiguió con su presentación. -Ahora que seremos colegas podemos dejar de lado el formalismo, así mismo quería agradecerte por permitirme ser parte de tu panel de profesores, te prometo que guiaré a mis alumnos a interpretar los astros y a conocer mejor la noble materia de la astronomía- La bruja realizó una floritura con su varita y las puertas de la oficina del director se cerraron, en su rostro se dibujó una delgada sonrisa, como signo de confianza por lo que había logrado y más aún por lo que planeaba lograr.

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Más allá del cielo, donde se esconde la muerte y se consume la vida, las cuatro deidades moran. Quienes rigen los hilos del mundo y de la existencia siempre han buscado la manera de forjar el equilibrio y la perfecta armonía, el caos y la paz han formado parte del sin fin de situaciones que subyacen en la tierra, así estaba escrito. Los Senexus Exicial no han intervenido trascendentalmente en la historia del nuevo mundo, pues el tiempo no les preocupa, quizás, no tanto como debería. ~*~ Desde su morada Amynus observa los hechos, reconoce de inmediato la ira de los magos y su fuego hierve en la sangre de todo aquel cuyo motivo sea la venganza; entonces la furia y el descontrol lo invaden, aquel ser no conoce la compasión. Él conoce la existencia de la bruja de gran poder que osó atentar contra la integridad de su creación y que aún no ha recibido el azote divino, Amynus no tiene nada que pensar, de inmediato desaparece dejando atrás la estancia de los Dioses. El primero ha bajado. Mientras tanto Delphini dirige a sus mortífagos hacia su objetivo final, profanar la línea mágica en Azkaban le dará el poder suficiente a ella y sus aliados para avanzar en sus macabros planes, se han apoderado del lugar y las pocas almas que sobreviven en la prisión no pueden hacer nada contra ellos. La bruja llega finalmente a la guarida de la línea mágica y la libera, pero Riddle ambiciosa de poder ha fallado en su intento, aunque su hechizo destruye la formación de piedra con runas, no ha liberado el poder de la línea mágica, ha liberado de forma impremeditada al quinto de los Senexus, Ekrizdis. El quinto de los Senexus Exicial yacía enterrado hace siglos, su afán por destruir el equilibrio obligó a los otros cuatro a mantenerlo al margen, controlaba la muerte y quería expandirla a un ritmo antinatural, desterrado de lo más alto pasó sus últimos días en la Tierra causando caos, hasta que finalmente sus hermanos lograron atraparlo y encerrarlo en el mismo lugar donde sus desastres surgían, Azkaban. Tras la enorme explosión del bombarda máxima de Delphini, el frío intenso de la isla se vuelve insoportable, se escuchan gritos de dolor, la fuerza más oscura inunda el lugar, un cuerpo empieza a emerger y a dar pasos lentamente, Ekrizdis ha regresado. Dimitry la deidad que controla el aire camina frenéticamente en círculos preocupado por la situación actual y aunque tiene la habilidad de controlar el tiempo, aquel al que los Senexus bautizaron como Cronos, no vio venir la llegada de su quinto hermano, sabe que debe ir tras Amynus, sus impulsos lograban dominarlo la mayoría de veces, como en esta ocasión. Sin embargo el Senexus del aire entiende que los Dioses no se mezclan con los terrestres y decide ver el transcurso de la vida desde su morada, pronto Basthian ordenará el nuevo accionar de las deidades como protagonistas del nuevo mundo, así que esperaría las indicaciones de su hermano. Basthian y su par habían observado la quietud del mundo, sin necesidad de ir hacia allá, han regulado con armoniosa divinidad los pormenores de la vida terrestre, el mundo que crearon, infinita es su creación. Basthian ordena con una mirada y Dimitry obedece. El segundo Dios ha bajado. Amarie y su sabio hermano eran leyendas, un nivel arriba de los otros dos, a ellos se les permitía el infinito como el límite y sus poderes no tenían comparación. Basthian ordena a Amarie actuar y ella lo ve en sus ojos, ambos saben lo que sucede, pues nada se le escapa a los creadores. El tercer y cuarto Dios han bajado por fin. Las marionetas de la maldad no saben lo que les espera, atentar contra el equilibro y destruir a sus perfectas creaciones tendría consecuencias, Ekrizdis los usaría para conseguir mayor poder y Delphini tiene el mismo objetivo, solo vive para recuperar el poder que le fue arrebatado a su padre. Una bruja muy fuerte bajo la lupa de un Dios, el peor de todos.

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Los mitos dicen que nos vigilan Que estuvieron en el origen Y que continúan entre nosotros... Desde su lejana morada los Senexus Exicial aprecian el avance de la vida, nada escapa ante su visión divina y cada suceso que ocurre en la Tierra queda registrado en su memoria. Cada uno de ellos ha descendido cuando ha sido necesario, se han mezclado entre los mortales y han vivido de cerca sus experiencias, sintiendo así cada una de sus emociones. Amarie siempre preocupada por sus amadas criaturas marinas, sufrió con enorme dolor la migración de los hipocampos cuando ésta se vio interrumpida por unos traficantes sin escrúpulos. Lloró al lado de los magos y brujas que intentaron detenerlos con todas sus fuerzas y aunque su esfuerzo fue en vano, pudo ver nobleza en algunos corazones y aquello le reconfortó en gran medida. Dimitry abrazó el pavor y se regodeó en el terror. Recurrió a cientos de espejos para proyectar las mayores pesadillas con las que los humanos viven día a día, así pues sus temores se manifestaron en cada reflejo ocasionando traumas que les acompañaran por siempre. Amynus fue más allá y rescató episodios trágicos del pasado de la humanidad para que los revivieran una vez más. Las plagas fueron su elección, liberando aquella que con úlceras sangrantes atacaba cada centímetro de piel. Su castigo divino cumplió su cometido y aunque la comunidad mágica logró sellar sus heridas, el recordatorio de su fragilidad se conservará eternamente. Basthian intentó conciliar bandos, los bendecidos con magia tuvieron la oportunidad de aislar sus diferencias con los muggles y ayudarlos una vez más. Las destrucciones fueron inevitables pero gracias a los acuerdos entre ellos  se pudo mitigar hostilidades y tender puentes entre ambos, era un buen inicio. Ekrizdis, el más cruel de todos, no tuvo piedad alguna al revivir en ellos el peor sufrimiento y germinó en su interior la maldad pura. Como simples marionetas envenenó sus mentes y  reclamó muerte, se alimentó de ella para un propósito manipulador y egoísta. Se exigió una ofrenda ante los ojos de esta deidad como compensación a las ofensas que había recibido su descendencia, la sangre sería quién apaciguara temporalmente su insaciable venganza. Así mueven los hilos de la vida, cada acción se ejecuta en base al designio ya fijado. Los Senexus Exicial juegan con sus piezas a su antojo, algunos los direccionan hacia el camino correcto pero otros los guían hacia su perdición, después de todo ese es su objetivo, mostrarles la vida misma. Todos creían que con la muerte de Delphini Riddle, la calma reinaría en el mundo mágico, pero el tiempo se encargó de unificar la maldad e impuso una nueva reina en aquel trono vacío. Morgana Le Fay ha actuado con cautela e inteligencia, sin embargo sus acciones no han pasado desapercibidas y su avance hacia la conquista del mundo mágico cada vez está más cerca. Lamentablemente los mortífagos no son el único motivo de preocupación, Rowan McGrath se ha abierto espacio entre los muggles, su filosofía ha tocado corazones y su séquito de seguidores ha crecido exponencialmente, por si fuera poco su conexión con Costello ha generado una brecha que preocupa en demasía, se desconocen sus planes finales pero es seguro que nada bueno puede salir de su mente. La comunidad mágica se encuentra riesgo, los aurores luchan sin cesar contra las catástrofes que acechan a los magos, Albus Severus Potter acaba de ser liberado tras su repentino secuestro, pero desafortunadamente sus heridas son severas e irreparables. El futuro de la legión se tambalea ante su caída. ¿Quién podrá protegernos de lo que se avecina?

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