Baúl de Darius Steward

Darius Steward

[color=#ff3333][i]Astucia es el arte de ocultar nuestros propios defectos y descubrir las debilidades de los demás.[/i][/color] (William Hazlitt)

Darius Steward nació en Londres después de que su familia se mudara de America por los problemas financieros de su padre. Se trata del hijo mayor del matrimonio Steward, una squib de descendencia Africana y un mago de descendencia Estadounidense. Desde que era un niño insistió con entrar a Hogwarts, no quería volver a América si tenía que estar alejado de su familia, cosa que pudo ser posible cuando cumplió la edad y consiguió entrar en la casa Hufflepuff. En un principio Darius había sido considerado un chico risueño, carismático y agradable, con un enorme apego a las reglas; por lo general se trataba de un joven que solía hacer un par de travesuras y disfrutaba de pasar tiempo con los amigos, pero cuando dió inicio el segundo año en la escuela de Magia descubrió que tenía la capacidad de hablar parcel, algo que en su familia nunca habían llegado a manifestar, o al menos no sabían que había sido así. La primera vez que manifestó el don no sabía lo que estaba haciendo, inconsientemente había sentido algo dentro de sí, como una pequeña sensación en la boca del estómago y la garganta; sin embargo, la historia no era bonita, puesto que había conseguido lastimar a uno de sus compañeros.  En ese momento Darius se había enfadado tanto con algunos chicos mayores porque habían estado molestando y atacando a algunos animales a las orillas del bosque prohibido, él solo quería que alguien lo detuviera, y una voz tranquila y vibrante le había dicho que podía asustarles, el mago obviamente había contestando sí, no quería que siguieran fastidiando a las criaturas ; al principio había creído que se trataba de un fantasma hablándole, pero cuando observó a una pequeña serpiente subir por la pierna de su compañero para morderle no pudo evitar asustarse de lo ocurrido. En un principio había creído que estaba loco, que eran de esas cosas raras de la escuela que no tenían explicación, pero cuando se despidió de la ciratura esta también respondió, cosa que no había esperado. Cuando llegó corriendo de vuelta a su sala común y había hablado de ello con sus demás compañeros fue que la pesadilla comenzó, todo el mundo pasó de ser amable a mostrarte ostil y temeroso, incluso algunos de los profesores, tenían miedo de que algo pasara; por el contrario algunos otros se habían comenzando a burlar, puesto que no creían que uno de los descendientes de Salazar fuera un mestizo con una aparienza como la de él. Por tal motivo comenzaron los roces con sus demás compañeros, además del acoso y el miedo para con él, sobre todo recordando el pasado del mundo mágico con respecto a Lord Voldemort y aquella terrorífica habilidad. Con el pasar del tiempo poco a poco su actitud se volvió un poco más retraída,  pasando a ser un chico solitario y obsesionado con conocer la verdad de su talento. El joven mago se dedicó a rastrear cerca de 2 años su pasado familiar, encontrandose con algunos documentos casi irreconocibles, los cuales nombraban a uno de sus antepasados por linea paterna, un chico llamado Elliot Steward, quien había sido puesto en adopción por una bruja cuyas iniciales se habían quedado en el documento de entrega como R.Steward. Aún en ese callejón de información, Darius, en su último intento por conseguir la verdad, dió con la mujer tras el nombre, Rionach Steward, a quien en la historia mágica Estadounidense consideraba como una bruja que había querido dejar morir el legado del Parcel, sin embargo, parecía que había tenido una pequeña aventura y fruto de ello había nacido su ancestro. La emoción que le invadió en las vacaciones de verano de ese año no tuvo comparación, había descubierto su pasado, la historia de su familia y el legado que ahora caía sobre sus hombros. Aquello le hizo sentir esperanza, le dio la fuerza y provocó en él un cambio sobre la visión que había tenido del mundo. Al inico del quinto año, y tras descubrir la verdad de sus antepasados, su actitud volvió a dar un giro, ganando confianza y despreciando a todo aquel que se atreviera a mirarlo con lástima o desprecio. Actualmente utiliza su don para su trabajo en el departamento de aurores, gracias a ello puede conseguir información con facilidad utilizando a sus amigas serpientes (mascotas), por lo que tiene una ventaja en cuanto a táctica, porque puede planear una estrategia dependiendo de lo que le digan sus serpientes. Fuera de eso intenta no mostrar su don en público, aunque no lo admita tiene aún un poco de miedo por lo que piensen de él por esa habilidad, por lo que se lo reserva para él mismo y su círculo de amistades.

Emme

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Pasaporte

Momento de reflexión y planeación

Había una extraña sensación rondando a tu alrededor, era quizá una idea un poco tonta porque estabas seguro de que todo era culpa de Gabriel. Ese maldito solo generaba en tí sentimientos tan intensos... Soltaste un largo suspiro mientras observabas el horno muggle que siempre te gustaba utilizar para cocinar alguno de tus maravillosos postres, esta vez iba a ser un pay de piña que habías visto en internet, cosas de seres no mágicos pero que sonaban bastante bien y que en realidad era una herramienta bastante inteligente para personas que no tenían magia. A pesar de la situación tensa que había con los muggles tú no podías negar que eran grandes ingenieros y que tenían la capacidad de crear cosas interesantes. Tras conjurar un hechizo de tiempo que apareció un reloj frente a tí miraste que aún quedaban 5 minutos más antes de poder sacar el contenido, 5 minutos más que te quedaban para pensar en las cosas vergonzosas del amor. Últiamente la relación que habías llevado con Gabriel era excelente, ambos estaban en su mundo, se juntaban para comer y prácticamente el mayor vivía en esa casa, pero... sentías como si no hubieras hecho las cosas aún correctamente, querías presentarlo también formalmente como tu novio, frente a tu familia, invitarlo a que se mudara contigo, ¿juntarse, era la palabra? Aquello te hizo sentir avergonzado, es que no podías esconder esos estúpidos sentimientos, esa sensación de felicidad que te embargaba cuando pensabas en ese idiota. Quizá sí, no era tan malo pensar en que podrías hacer las cosas diferentes y dar el paso, el "siguiente gran paso" ya llevaban casi un año de relación, en septiembre sería su aniversario. Aquello te hizo sonrojar aún más, habían pasado tantas y el tiempo parecía haberse ido volando tan pronto... Miraste el reloj flotante y notaste que el tiempo se había terminado, era hora de sacar el pay y también era hora de platicar seriamente con Gabriel, saber qué sentía, a dónde quería llegar, sentarse y saber y platicar respecto a qué les depararía el futuro.

bettyleg