En el libro Las Reliquias de la Muerte, Harry encuentra una carta de su madre en la casa de Sirius. Es un momento muy emotivo porque es una de las pocas cosas que tiene de ella, además de su recuerdo en el Espejo de Oesed. La carta menciona cómo Harry de bebé amaba volar en su escoba de juguete y habla de su relación con Snape. En la película, este detalle nunca se muestra, y habría sido un hermoso momento para ver la conexión de Harry con su madre.

A mí la escena eliminada de cuando tienen que abandonar los Dursley la casa y la tía por primera vez, habla con Harry del mundo mágico de un modo más "humano" y cercano, o así lo creo. Me gustó mucho ver esa parte aunque luego no la sacaran pero es muy pero que muy emotiva y ves, que petunia sí quería a su hermana, solo tenía recelo por no ser ella la de la magia. Le habla de la perdida de un ser querido y en parte, ahí le hace ver que en efecto, le importa Harry más de lo que se parece

Ya no recuerdo si lo mencioné alguna vez, pero siempre me quedé con la decepción de que no llevaran a la pantalla el momento en que Molly le hace entrega como regalo a Harry del reloj de pulsera que era de Fabian Prewett, we, que hermoso hubiese sido.

Una de las escenas que me hubiese encantado ver en las películas es el funeral de Dumbledore en El Príncipe Mestizo.

La película nos dejó con la imagen de todos levantando sus varitas en su honor (bonito, sí, pero queríamos más drama). En el libro, el funeral es un momento épico y solemne, con toda la comunidad mágica reunida para despedir a uno de los magos más grandes de la historia. Hablamos de estudiantes, profesores, el Ministro de Magia, centauros disparando flechas al cielo en señal de respeto, e incluso las sirenas del lago entonando un canto lúgubre.

Me habría encantado ver en las películas es la rebelión completa de los gemelos Weasley en La Orden del Fénix.

Sí, en la película vemos cómo se despiden con fuegos artificiales y dejan a Umbridge con cara de acelga, pero en el libro, su despedida es un verdadero caos glorioso.

Los gemelos no solo lanzan petardos y hacen explotar cosas, sino que convierten los pasillos en un campo de batalla de travesuras: pasadizos bloqueados, pasillos llenos de pantanos mágicos, armaduras bailando... ¡hasta liberan a Peeves! Y lo mejor es que Peeves, en su máximo esplendor de travesura, se despide de los gemelos con un saludo militar y sigue sembrando el caos en su honor.

El pobre Filch intenta limpiar el desastre con una fregona (mientras probablemente llora por dentro), Umbridge está al borde del colapso y los profesores... bueno, ellos no mueven un dedo para detenerlo porque disfrutan en secreto viendo cómo la dictadora se retuerce de furia.