¿Por cuánto tiempo más podría estar así? ¿Por cuánto tiempo más iba a ocultar lo que realmente estaba sintiendo? ¿Por cuánto tiempo más?... Ya se desconocía a ella misma, ya no sabía quién era realmente, ya no quedaba nada de aquella Nimue que había sido, la vida y sus circunstancias la habían transformado en otro ser, alguien que ya le costaba sentir, alguien que ya no tenía ganas de nada, alguien apático, casi frío en sentimientos. Aquellos meses sumida en el mundo de los sueños habían mermado la psique de la alemana, le habían dado otra perspectiva de la vida, de su efímera existencia y se planteaba si realmente valía la pena ser bruja, si realmente valía la pena exponerse a tantos peligros, si valía la pena el riesgo. Ella vivía en la dualidad, le gustan sus dos lados, dos caras de una misma moneda.  Siempre estaba en la tesitura de no saber hacía qué lado ir, si a su lado muggle y a su lado mágico, siempre dual y nunca en una misma postura. Quizás eso le pasaba factura a nivel emocional, el no saber realmente dónde encajar, aunque eso poco le había importado a la chica. Pero ahora todo había cambiado en su manera de ver la vida, todo lo que antes no le importaba ahora lo veía de otro modo. Aquellos meses de sueño forzado, la habían cambiado por completo, la habían transformado en otro ser, en alguien diferente. Caía en su propio infierno, sumida en su propia oscuridad, esa misma oscuridad que no quería dejarla ir, esa misma oscuridad a la que a veces tenía que recurrir para sobrevivir, aquella oscuridad que la llamaba a todas horas y a cada segundo. La oscuridad que había nacido desde aquel ataque mortifago, el corazón de Nimue así como su carácter había cambiado, se habían oscurecido hasta el punto de casi no retornar en la chica que había sido anteriormente. Una caída inminente para un alma condenada, esa misma alma torturada que había perdido su norte, había perdido toda esperanza de salir de aquellas llamas abrasadoras. ¿Será que podría salvarse? ¿Será que habría una mínima esperanza para ella? Aún lo desconoce pero lo sí tenía claro es que lucharía para salir de ese infierno, de salir de la oscuridad y de volver a la normalidad y a ser quién fue.

Desde que había obtenido la autorización para el transporte de criaturas mágicas, la alemana apenas había tenido el tiempo necesario para poner en práctica el hechizo que había aprendido en la obtención de la misma. Pero ahora que ya contaba con el tiempo necesario, Nimue ya había pensado cómo sería el hábitat de su Artemisia, su Abraxan ya que quería darle un hábitat digno de ella. La chica lo tenía todo listo pues había comprado un bolso en una tienda muggle rectangular y de color negro, eran los típicos bolsos que los muggles usaban para los viajes y ella al verlo pensó ideal para Artemisia, para crear el hábitat que tengo pensado para ella y para que corra libre y también vuele alto pensó ella mientras observaba el bolso con detenimiento. Cuándo llegó a casa, la alemana dejó el bolso en el jardín y visualizó el lugar que quería crear un bosque frondoso, con una llanura amplia para que su Abraxan tuviese toda la libertad del mundo. La alemana sonrió levemente al menos está vez se que no me fallará el hechizo ya que no siento la presión de la evaluación en mi cabeza pensó ella sin quitar esa sonrisa. Se había tatuado una frase que era ideal para lo que quería hacer, run with wild horses en un principio se la hizo porque así se veía ella, cómo un caballo salvaje que corre libre y ahora ese tatuaje tenía más sentido por lo que estaba a punto de hacer. Ella apuntó con su varita y con la visualización de aquel lugar, conjuró el capti locus no verbal en menos de lo que esperaba aquel hábitat estaba listo y preparado, fue en busca de Artemisia y cuando la encontró le dijo-este es tu nuevo hogar, tranquila que iré a verte a menudo, tienes de todo para que puedas vivir y correr con libertad. Hasta volar libremente lejos y sin cadenas que te aten-le dijo ella dándole un beso en el hocico al Abraxan. El animal accedió al interior del bolso y ella dijo-hasta luego amiga...

Ya no había vuelta atrás, ya lo había hecho, se había expuesto al peligro por conseguir lo que quería, lo que ansiaba, había conseguido el medio para poder ser otra persona, para huir de su realidad, para no ser ella, para no tener que lidiar con sus demonios internos que se morían por salir. Pero ella los retenía para no hacer daño a nadie, salvo a ella misma misma con pequeños cortes que disimulaba bien ya que los camuflaba bajo sus tatuajes. Nadie lo sabía, ni siquiera su novia a la cual no quería preocupar, por eso Nimue disimulaba bien para que nadie supiese lo que ella sufría. Desde que era niña, le habían enseñado a ser fuerte, a callar lo que sentía, a no decir o expresar sus sentimientos porque no podía mostrar debilidad. Después de haber seguido las instrucciones de aquél vendedor, la alemana miró aquella poción, una voz resonó en su cabeza cómo un susurro en el viento hazlo resonó aquella voz, Nimue negó con la cabeza-déjame en paz, sal de mi puta cabeza, no...vete-comentó al aire y aquél susurro volvió a aparecer- oh querida, no me iré a ninguna parte, yo soy tú, tú lado más oscuro, esa parte que reprimes, esa parte que no muestras susurró esa voz, Nimue temblaba cómo una hoja movida por el viento, tenía miedo, por primera vez en su existencia estaba sintiendo el terror. Tenía miedo de ver de lo que era capaz esa parte de ella que tanto había reprimido, esa parte oscura que no mostraba a nadie y que ahora quería salir a toda costa. Destapó el vial, tomó un sorbo, una simple gota, con eso bastaba. Sintió una punzada en su vientre, se agarró cómo podía mientras cambiaba tambaleándose, cayó en el sofá, inconsciente ya el cambio estaba produciéndose, cuándo despertarse ya no sería Nimue, sería otra persona diferente, tendría una nueva identidad. Despertó tras acabar el proceso, fue al baño para verse en el espejo. Ahora yo tomaré el control, bienvenida Asphodel Roselake...

¿Cuándo se llega al fondo del abismo? ¿Cuándo la naturaleza humana es capaz de asumir que había un punto de no retorno? ¿En qué momento se dejaba de sufrir para volver a vivir? No existía el momento perfecto pero sí existían detalles que marcaban la diferencia entre vivir y sufrir. Entre estar atrapada entre tus sombras y tus demonios, en el reverso de la vida, en la inmensidad de abismo oscuro, entre las responsabilidades, entre los reflejos de los espejos, entre el nacer y el morir. Una sucesión de pequeños momentos que formaban parte de un todo real e irreal, la cara oculta de la realidad superada muchas veces por la ficción, hacía que todo careciera de un sentido por el cuál seguir adelante. Atrapada entre las sombras, luchando por salir para vivir en la luz, con muchas ganas de sobrevivir día a día, hora a hora, minuto a minuto, segundo a segundo. Nacer para vivir, morir para renacer, luchar para no rendirse...volver del punto de no retorno... La controversia de la razón y corazón, entre el poder y el querer, entre cambiar o seguir cómo hasta ahora...luchar contra todo, sin rendirse, sin desfallecer en el intento. Encontrar una razón para vivir, para seguir luchando, para sobrevivir. Tener un motivo para reír, para llorar, para sentirse viva. Lo tenía, lo sabía y sentía, ella era la única persona en su vida, la única mujer qué había sabido controlarla. Ella su aurora boreal, su recuerdo imborrable, lo mejor de su existencia, su refugio y su verdad. Su estrella en el cielo, la que le da la vida con solo una palabra su amor verdadero. Sólo por ella, es que la alemana no había caído en la locura, la mantenía cuerda, atada a la realidad, la frenaba ante cualquier momento de impulsividad, pues sabía que por ser de esa manera muchas veces la chica se metía en demasiados problemas. Ahora que estaba aún en ese agujero oscuro, era momento de pensar en su razón para seguir con vida, para regresar con más fuerza, para volver a ser la que fue...resurgir de las cenizas cómo el fénix que es, cómo siempre había hecho durante toda su vida. Toda una guerrera que luchas innumerables batallas silenciosas que pocos conocían y que tarde o temprano saldrían a la superficie. Tormenta y caos, esas eran las mejores palabras para definirla. Un tormentoso caos lleno de emociones.